Mondraker Arid Carbon

TEST & REVIEW I 700 km con...

MONDRAKER ARID CARBON RR

DEJANDO HUELLA

PROBAMOS UNA DE LAS NUEVAS MONDRAKER ARID DE CARBONO, LA PRIMERA BICICLETA DE GRAVEL SIN MOTOR DE LA FIRMA ALICANTINA, QUE APUESTA POR UNA GEOMETRÍA QUE MARCA DISTANCIA CON LA MAYORÍA DE BICIS GRAVEL DEL MERCADO Y UNA LÍNEA ESTÉTICA QUE IMPIDE PASAR DESAPERCIBIDO.

Texto y fotos: Sergio Fernández Tolosa

Hace unos meses, Mondraker presentó en el desierto de Arizona su primera bicicleta de gravel sin motor. A la cita acudió la crème de la crème de la prensa mundial y de forma casi instantánea internet se llenó de vídeos, análisis y reviews. Poco después, cuando entre bambalinas ya se sabía que la versión de aluminio estaba a punto de ver la luz, nos llegó una flamantísima Mondraker Arid Carbon RR para que la pusiésemos a prueba en nuestro pequeño paraíso pirenaico. La visita fue breve, pero dejó huella.

Y no sólo en mí. También en mis vecinos, en mis compañeros de pedaladas y entre muchos de los participantes del Gravel Penedès, donde causó auténtica sensación. Y es que hay algo que no se puede negar: la observes de lejos o de cerca, la Mondraker Arid Carbon RR es una bicicleta espectacular. De color Bunker Grey –muy clarito, casi blanco–, combinado con Fog Grey y algún pequeño detalle en Flame Red, y con unos componentes de gama extra superior –ruedas Mavic Allroad Pro Carbon SL, bielas Sram Force 1 Carbon con potenciómetro, cambio electrónico sin cables Sram Force XPLR Etap AXS, etc.–, la Mondraker Arid Carbon RR es de esas bicis que llaman irremediablemente la atención. Incluso de los que no saben demasiado del tema.

SE TRATA, EN REALIDAD, DE UNA BICICLETA MUY POLIVALENTE QUE APUESTA CLARAMENTE POR EL CONFORT.

DEPORTIVA, PERO CONFORTABLE

En el cuadro de la Arid Carbon predominan las líneas rectas, poco orgánicas (atención al tubo superior; realmente extraplano). Estas formas le otorgan una imagen agresiva o racing que no casa precisamente con el espíritu real de la bici, pues una vez en marcha sus ángulos y medidas le inoculan un comportamiento muy estable, muy noble.

Lo compruebo ya en la primera salida. La Arid Carbon tiene aspecto deportivo, pero dista de ser una purasangre sólo apta para profesionales de la competición. Se trata, en realidad, de una bicicleta muy polivalente que apuesta claramente por el confort.

En este sentido resulta clave la geometría, de la que hablaremos más adelante, pero también el buen uso del carbono, además de un diseño de las vainas traseras realmente peculiar. En esta ocasión, las “ventanitas” tan características de las Mondraker se han ubicado en la unión de los tirantes traseros con el tubo vertical, lo que aporta un placentero efecto amortiguador que se suma al de la tija de sillín y el manillar de carbono.

GRAVEL, BIKEPACKING, TOURING

Otro aspecto muy importante y por el que queríamos probar esta bicicleta es que Mondraker ha dotado a la Arid de los anclajes necesarios para colocar bolsas de bikepacking.

La horquilla dispone de los ojales mecanizados para instalar soportes tipo anything-cage o, en su lugar, dos portabidones extra. En el tubo horizontal también encontramos los tres orificios roscados para asegurar una bolsa tipo top-tube. Y si se desea montar guardabarros, el cuadro también cuenta con los anclajes correspondientes.

LIGEREZA

El peso sin pedales de la Mondraker Arid Carbon RR es de 8'8 kg (según catálogo, en talla M). Acostumbrado a bicis de acero, me parece que es una auténtica pluma. Esta ligereza es patente en todo momento, pero cuando más se disfruta es en las arrancadas en subida. También en las ascensiones largas, cuando las ruedas de carbono ayudan a mantener ritmos altos con mayor alegría.

ACOSTUMBRADO A BICIS DE ACERO, ME PARECE QUE LA MONDRAKER ARID CARBON RR ES UNA AUTÉNTICA PLUMA.

COMPONENTES PREMIUM

No entraré en detalle acerca de los deslumbrantes componentes de la Mondraker Arid Carbon RR. Primero porque no tengo tanta experiencia con este tipo de material. Y segundo porque considero que para uso bikepacker, que es lo que nos ocupa aquí, el modelo de Arid Carbon más adecuado sería el más básico de la gama, que viene montado con grupo Shimano GRX-610 y ruedas de aluminio Mavic Allroad Disc.

El cuadro y la horquilla son idénticos (sólo cambia el color). El peso sin pedales de la Arid Carbon más económica queda por debajo de los 10 kg. Y el precio es la mitad que el de la RR. En cualquier caso, lo que sí sustituiría es el plato de 40T por uno más pequeño. Así nos quedaría una bici muy equilibrada: ligera y cómoda, perfecta para salidas de un día y marchas gravel tipo maratón, pero también adecuada para escapadas de varios días tipo Grand Gravel o brevets como la Cat700, Gran Vertical o Basajaun.

ALTA TECNOLOGÍA Y SIN CABLES

Sin embargo, ya que he tenido la oportunidad de rodar 700 km con ella, del Sram Force XPLR Etap AXS –electrónico y sin cables– lo que sí puedo decir es que es sumamente preciso, además de totalmente configurable. Al ser monoplato, una maneta sirve para bajar piñones y la otra para subirlos. La única pega es que a mayor tecnología, mayor dependencia de baterías. En este caso, la que acciona el desviador tiene una autonomía de unas 30 horas.

Si vamos a participar en pruebas de varios días, conviene llevar una de repuesto y, sobre todo, no olvidarse el set del cargador. Tampoco hay que olvidar las pilas de botón de recambio para las manetas, que suelen durar entre uno y dos años, pero que un buen –o mal– día, se agotan y el cambio deja de funcionar.

GEOMETRÍA PROGRESIVA

Lo que sí merece especial atención, tanto por su singularidad como porque es común a todas las Arid, es la geometría. Tiene un ángulo de dirección de 70º, una distancia entre ejes asombrosa –112 cm en talla XL– que hace que sea muy estable en bajadas rápidas, unas vainas cortas de 425 mm, un reach superior a la media y una potencia más corta que la mantiene manejable y reactiva. Todo ello responde a una adaptación de la geometría Forward sello de la casa.

En cuanto al ángulo de sillín –real, 73º; efectivo, 74º–, podríamos decir que se encuentra entre los más abiertos de las bicis de gravel. Personalmente, me gustan las bicis en las que pedaleas sobre el eje de pedalier. Tengo la sensación de que transmito la energía a los pedales de forma más eficiente.

TIENE UNA DISTANCIA ENTRE EJES ASOMBROSA, UN REACH SUPERIOR A LA MEDIA Y UNA POTENCIA MÁS CORTA QUE HACE QUE SEA MANEJABLE Y REACTIVA.

SOBRE EL TERRENO

La primera salida con la Arid fue corta. Un sube y baja de apenas 20 km por carretera y pista asfaltada en el que el único objetivo era comprobar que todo funcionaba correctamente.

Al día siguiente fui más allá. Si en el asfalto había sentido la ligereza del conjunto, la precisión del cambio y la confortable ergonomía del manillar, al entrar en pista de tierra –ondulada pero suave– lo que experimenté fue la asombrosa capacidad de absorción de las irregularidades del terreno. Desde el primer metro, era como flotar sobre nubes de algodón, a través de un campo de almendros, con la Peña Montañesa como telón de fondo y la cumbre del Cotiella totalmente cubierta por la nieve.

LA DIFUSA FRONTERA GRAVEL / MTB

Esa pista desemboca en un camino más roto y pedregoso, una larga ascensión que en su día me sirvió para establecer la frontera entre los a veces difusos conceptos de "gravel" y "mtb". Recorrí el sector sin problema y a buen ritmo gracias a su ligereza y sus vainas cortas. Sin embargo, aquí, con los escalones de subida de roca, raíces grandes y piedra suelta, ya no percibí tanto las virtudes amortiguadoras del carbono, sino que saqué partido de la soltura y manejabilidad de la bici.

La experiencia en subidas técnicas fue parecida a la de ir con una hardtail con ruedas un poco más finas (de 45 mm, para ser exactos). Gracias a la anchura del manillar y la estabilidad y agilidad de la bici, me sorprendí a mí mismo superando tramos técnicos con las manos en la cruceta. Aunque es una muy buena señal, también resulta síntoma inequívoco de que la talla XL era un pelín larga para mí. Los mandos me quedaban un poco lejos y los lumbares iban tensos.

DISPONIBLE EN 5 TALLAS

En este sentido, conviene saber que la Mondraker Arid Carbon se fabrica en 5 tallas distintas. Esto supone una gran ventaja a la hora de afinar con la posición sobre la bici. En mi caso, para la prueba elegí la XL (pensada para ciclistas de 190 a 205 cm), pero al tratarse de una bici bastante larga, seguramente me habría ido mejor la L (de 182 a 194 cm).

Pese a ello, en los siguientes días aproveché para disfrutar al máximo de la bicicleta en excursiones por toda clase de terrenos. En la pista de la escollera del Cinca volaba sobre el engrudo de cantos rodados. En las costrosas carreterillas de Bajo Peñas fluía enlazando subidas y bajadas entre prados y pinares. En los caminos sombríos de Laspuña me deslizaba entre viejas carrascas. Al volver a l'Aínsa, por supuesto, me desviaba siempre por el divertido sendero que recorre los badlands –margas–, ese mítico tobogán que rezuma flow conocido como "Las Dunas".

MARCAR EL RITMO

A la mañana siguiente quedé con unos bikepackers que estaban haciendo la Grand Gravel Guara. Subimos juntos desde el Mesón de Arcusa hasta el Puerto de Las Bellostas. Nunca me había parecido tan fácil esta ascensión. Tampoco recuerdo haber subido tan rápido la dura cuesta de Arcusa. Luego tomamos la variante de la Pardina de Montalbán, algo maltrecha por las lluvias, y aunque lo superé todo sin problema volví a lamentar no haber escogido la talla L.

Día tras día comprobé que en llano y en subida la Arid Carbon tiraba de mí. Es una bici que invita a ir –o querer ir– más rápido. En subida trepa de lujo, ya sea en pista, asfalto o caminos más abruptos. En llano fluye a placer, absorbiendo las inclemencias del firme. En bajada, su geometría y capacidad amortiguadora la hacen súper estable.

Tras unos días de descanso me presenté con ella en la gran fiesta del Gravel Penedès. El sábado hicimos 100 km de caminos pavimentados y carreteras locales con más de 2.000 m+. El domingo, otros 100 km de pistas y caminos de tierra. Aunque la idea no era ir rápido, lo cierto es que la bici ayudaba a marcar el ritmo.

SOÑAR ES (MÁS O MENOS) GRATIS

Me habría gustado hacer una salida bikepacker con ella, pero por cuestiones de agenda resultó imposible. Sin embargo, durante la CAT700 de este año tuve tiempo para meditar sobre qué tal habría sido afrontar un itinerario exigente y con más de 3.000 m+ por jornada con una Mondraker Arid Carbon. ¿Habrían sido menos fatigosas las subidas –con un plato más pequeño, por supuesto–? ¿Habrían sido más llevaderas las bajadas pedregosas?

Inmerso en mis cavilaciones, en vano trataba de recordar los célebres versos de Calderón: "¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son". Sí, las bicis, paradójicamente, cuanto más ligeras, más huella dejan.

TEST & CONCLUSIONES

+   Pese a su apariencia deportiva, la Mondraker Arid Carbon es una bici estable y manejable que prima la comodidad, muy adecuada para rutas largas.
+   Toda la gama de carbono emplea el mismo cuadro, que tiene un peso de 1.250 gramos (en talla M).
+   Está disponible en 5 tallas y 4 montajes.
+   Paso de rueda de hasta 50 mm.
+   Horquilla y tubo superior con ojales mecanizados.
+   El cambio electrónico sin cables es fantástico, pero para bikepacking por zonas remotas me decantaría por la Arid Carbon con componentes mecánicos o el nuevo modelo de aluminio equipado con Shimano GRX.
+ / -  El compartimento interior del cuadro permite guardar herramientas y recambios sin tener que poner bolsas de sillín o manillar, pero las bolsitas de serie están hechas tan a medida que resultan un poco difíciles de extraer.
+ / -  Los neumáticos Maxxis Reaver 700x45 ruedan de maravilla, pero se desgastan bastante rápido.
⊕ Ideal para: quien busca una bici cómoda indicada tanto para una escapada rápida de mediodía, una carrera gravel de larga distancia o una aventura bikepacker de varios días.
⊗ Contraindicada para: maníacos de la aerodinámica.

FICHA
Marca: Mondraker.
Modelo: Arid Carbon RR.
Tallas: S, M, M-L, L y XL.
Peso: 8'8 kg (talla M, sin pedales).
PVP recomendado: 6.499 euros.
Más información: www.mondraker.com

 

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