CAT700 Gravel 2023

BIKEPACKING I 530 km I 9.000 m+

Cat700 Gravel 2023

EL PUNTO G

UN AMIGO ESCALADOR ME CONTÓ UNA VEZ QUE LA AVENTURA ES COMO EL PICANTE: “UN POCO ESTÁ BIEN, PERO SI TE PASAS…”. QUIZÁ POR ESO, ESTE AÑO ME APUNTÉ A LA CAT700-G, LA VERSIÓN GRAVEL DE LA BREVET DE MTB QUE DESDE 2015 CRUZA CATALUÑA DE NORTE A SUR, UNIENDO EL PIRINEO CON EL MEDITERRÁNEO EN MODO BIKEPACKING, CON UN RECORRIDO DE MENOS KILÓMETROS, MENOS DESNIVEL, PERO SABOR Y ESPÍRITU IGUAL DE INTENSOS.

Texto y fotos: Sergio Fernández Tolosa

“Treeeees, dooooos, uuuuuno… ¡¡¡Nos veeeeemos en el Deeeeelta!!!”. Es el grito con el que la Cat700 arranca cada año. Muchas emociones se concentran a orillas del Garona, aplacadas por los inevitables nervios, el ambiente fresco y húmedo del alba, la aurora que quiebra la alborada y el sereno rugido del río que nos acompañará durante las primeras horas de una larga travesía hasta las arenosas playas del Delta del Ebro.

Empieza el viaje y, sin querer, me viene a la mente la advertencia del director del Tour de Francia de 1910, cuando se subió por primera vez el Tourmalet: “Tengan mucho cuidado con los osos”.

DURANTE 4 DÍAS, PAISAJES, LUCES Y SONIDOS ME ABDUCEN MIENTRAS PEDALEO AL RITMO QUE DICTAN LAS RETINAS.

RECORRIDO

530 km

Itinerario lineal entre Les y L’Eucaliptus para cruzar Cataluña de norte a sur, atravesando el Pirineo, el Montsec, el Montsant y las sierras del Prelitoral y terminar en la desembocadura del Ebro.

DESNIVEL

9.000 m+

El grueso de las ascensiones se concentra en el primer tercio del recorrido. Las pasos de montaña de los dos últimos días son más breves, pero tienen rampas contundentes.

DIFICULTAD

3/5

El trazado combina pistas, caminos, carreteras solitarias y breves sectores de sendero. Es ciclable en un 99%, aunque hay algún que otro sector más roto de lo esperado.

ATRACTIVOS

☆ ☆ ☆

La imbatible variedad de paisajes, flora y fauna, la sensación de viaje, la libertad de dividir el recorrido a tu gusto, la tranquilidad que aporta el seguimiento por satélite, el buen ambiente…

Día 1: Les - Refugio de Quatrepins - 107 km / 3.300 m+

VALLES DE AGUA Y OSOS

Antes de salir de Les, ya pedaleo rezagado. A mi ritmo, voy esquivando charcos por el Camin Reiau y parando a retratar las orquídeas que crecen en la cuneta de la estrecha carreterilla que sube a Artiga de Lin.

Emparedado por las altas montañas, el valle tarda en despertar. A mi espalda, de repente, siento la presencia de un gigante. Un Goliat. Es el Aneto, con su cumbre helada iluminada por el sol. Sentada en un prado está Nuri Galbe –@bikesketching–, con su cuaderno y sus lápices de colores. Hacemos unas fotos, me cuenta que el poeta y montañero Jacint Verdaguer también paró aquí en 1882, en su camino hacia los montes Maladetas, y seguimos flotando entre alfombras de flores y verdín rumbo a Vielha.

El Camin Reiau prosigue con su larga remontada hacia el nacimiento del Garona. Los pueblos jalonan el valle, con sus campanarios de aspecto defensivo y tejados con forma de sombrero de bruja.

En suave subida, el camino desemboca en las antiguas termas de Arties. Nunca antes me había fijado en las llamativas y grotescas figuras humanas esculpidas en las ventanas de Casa Paulet, un singular edificio del siglo XVI.

VIEJAS CARRETERAS

A partir de Unha, unos trabajos forestales en los bosques de Montgarri nos obligan a cambiar el itinerario y entrar en el Pallars por la mítica Bonaigua, carretera que en 2024 cumplirá 100 años. Por mi parte, hace 31 veranos que no subo en bici este puerto. Me siento un poco viejo y, a la vez, emocionado como un niño.

En la cima está David Casalprim –nuestro compañero de fatigas en el Trío Lalalá en la Cat700 de 2015– con el tradicional avituallamiento sorpresa gentileza de Espai Bici. Al otro lado, el largo descenso fluye por el Vall d’Àneu. A media bajada, una indomable curiosidad me desvía hacia el trazado antiguo de la carretera, que se retuerce, sinuosa, por el Bosc d’en Gerdar. Sin quererlo, evito un corte en la vía moderna: se ha visto a un oso cruzándola y los agentes rurales ponen orden entre los automovilistas.

Más allá de Esterri y Escalarre, el track nos dirige hacia la segunda gran ascensión de la travesía. Primero por asfalto hasta Espot, una de las puertas del Parc Nacional d’Aigüestortes i Sant Maurici. Allí paro a comprobar que la previsión meteorológica se mantenga estable. Relleno los bidones y continúo por la pista que sube hacia el paso de la Creu de l’Eixol. Es una larga ascensión que nos plantará a 2.228 metros sobre el nivel del mar.

A media tarde, en el collado, el cielo se ha encapotado. Un viento de tormenta amaga con aguar la fiesta y alguna gota cae. Tengo el tiempo justo para llegar al refugio forestal de Quatrepins. Es pronto, pero sus cuatro paredes, su techo, el silencio y el espectacular desfile de nubes me invitan a parar. Mañana será otro día. El de hoy ha sido para enmarcar.

Día 2: Refugio de Quatrepins - Ermita de Sant Bartomeu - 130 km / 1.500 m+

SOÑAR POR TODO LO ALTO

Ver amanecer desde lo alto de las montañas es un lujo barato. Los rayos del sol naciente siluetean el milhojas de sierras y nubes que entoldan el horizonte. Son las 6 AM y hace un calor sorprendente.

Tras desayunar nueces y una barrita de avena, recojo tranquilamente y empiezo a rodar por la panorámica pista del Triador. Son nada menos que 20 km por encima de los 2.000 metros de altura. Voy en manga corta.

Caballos, marmotas, rebecos, el todoterreno de un ganadero… Después encaro el largo y emocionante descenso –sobre todo con cubiertas de 42 mm– hacia lo más hondo de la Vall Fosca. A partir de Espui, la carretera fluye rápida junto al río Flamisell. Los pueblos se suceden, pero sólo paro en uno –La Pobleta de Bellveí– para beber y llenar un bidón en la fuente.

La entrada a La Pobla de Segur es por la solitaria comarcal del Estret d’Erinyà, una de esas carreteras de trazado curvilíneo y primitivo, flanqueada por riscos, en la que los vecinos entablan tertulias en mitad de la calzada.

A partir de aquí, los dos recorridos de la Cat700 se vuelven a separar: nosotros seguimos hacia el curso del Noguera Pallaressa. El calor se pone serio mientras bordeo los pantanos de Talarn y Terradets, cuyas aguas quedan demasiado lejos para darse un chapuzón.

El camino también se rebela y empieza a trepar sin contemplaciones por el lomo septentrional del Montsec de Rúbies. Por suerte, el bosque me concede una pequeña ventaja en forma de sombra.

BAJO LA PROTECCIÓN DEL SANTO

En medio de la sudada, una pequeña mariposa de lunares rojos –Zygaena filipendulae– llama mi atención. Con esta calorina, cualquier excusa vale con tal de parar. El lepidóptero se esfuma antes de que empuñe la cámara, pero entonces descubro que de las matas de la umbría cuelgan docenas de tiernas y refrescantes fresas silvestres. Y me callo.

Al final del puerto aguarda el Pas Nou, un paso asfaltado y angosto entre estremecedores riscos que desemboca en Vilanova de Meià. Es hora de comer algo. En el Camelbak llevo tortillas de trigo y jamón serrano que he comprado en un súper de La Pobla de Segur.

Ahora ya puedo seguir un poco más. Las altas temperaturas han formado nubes que amenazan tormenta. La previsión es que rieguen a las 21 h. Estudio el mapa del GPS en busca de cualquier refugio con techo en los próximos kilómetros. En el Vall d’Ariet, a pie de ruta, aparece una ermita dedicada a Sant Bartomeu.

Para llegar hay que trepar por un camino, entre bojes y quejigos, y dejarse caer por la vertiente contraria, a los pies de las montañas de Sant Mamet, que se quemaron el año pasado por estas mismas fechas. La ermita resulta ser un templo formidable del siglo XI. Al entrar, me quito el casco y le pido permiso al santo para descansar bajo su protección. “Si empieza a llover, entra y duerme a cubierto”.

Cuando ya he dispuesto el vivac, el cielo descerraja una ráfaga de relámpagos. Entro y me pongo a salvo. "Buenas noches, Bartomeu".

Día 3: Ermita de Sant Bartomeu - Coll de Conill - 147 km / 2.100 m+

HOY TOCA DUCHA

Tras una noche con aire acondicionado, madrugo más de lo habitual y logro arrancar antes del alba. El sol bajo ilumina los muros de los acantilados que flanquean el camino. Sobre ellos, un nubarrón gris metálico lanza un primer aviso que al doblar la curva se materializa en un doble arcoíris.

En Artesa de Segre me tomo los dos cafés con leche de la mañana con una ensaimada que rezuma manteca. Un parroquiano que apura el carajillo me pregunta lo de siempre: “¿A Tàrrega?… Te mojarás... Acabo de mirar el radar en el teléfono y a las 8 caerá una buena…”. Me temo que lleva razón –y que algo está cambiando en los pueblos, ¡dichosos móviles!–, pero hoy no puedo cambiar de ruta para esquivar el chaparrón.

Antes de entrar en la llanura de la Plana d’Urgell, pasamos por el bonito núcleo medieval de Montsonís. A partir de aquí, hasta el río Corb se suceden las pistas rápidas y sin apenas desniveles. Hace tanto calor que la lluvia es un regalo caído del cielo.

COMER Y PEDALEAR

En Vallbona de les Monges coincido con Carles, Francesc y Raúl –otros participantes de la prueba– en la puerta de un restaurante. Son las 2 de la tarde y hay mesa para cuatro: “¡Bingo!”.

Después de la agradable pausa, retomamos las subidas y bajadas rumbo al emblemático monasterio de Poblet. Para acceder a Prades, la Cat700  propone adentrarnos en el boscoso macizo por la pista de Castellfollit, que desemboca a su vez en otra pista forestal que serpentea alrededor de la sierra hasta el Barranc del Titllar.

Desde Prades, a Cornudella de Montsant la ruta baja enlazando caminos, a los pies de la sierra de La Gritella. El cielo sigue tapado, pero el sol se adivina ya bajo, tras las murallas naturales del Montsant. Es hora de buscar un rincón para descansar.

Cerca del Coll de Conill, en mitad del pinar, hay una fuente y una pequeña capilla. “¡Voilà!”

Día 4: Coll de Conill - L'Eucaliptus - 153 km / 1.600 m+

SARNA CON GUSTO

Hay vivacs inolvidables. Y luego están los vivacs que te dejan marca. Como hoy, que amanece nublado. El aire está denso, pegajoso. Y mis manos, muñecas y tobillos, acribillados por un clan de pulgas.

Para compensar, me zampo una barrita de proteína PowerBar+ 30% sabor chocolate, recojo el campamento y pongo rumbo a Poboleda. Me apetece desayunar algo más, pero todo está cerrado.

Tras un breve tramo asfaltado, encaro el sector de camino entre Escaladei y Gratallops. Delante de mi va un payés con su indestructible C-15. Avanza sin prisa, entre viñas y encinas, mirando hacia los campos.

Poco antes de llegar a la ermita de La Consolació, se detiene para apartar unas grandes piedras que han rodado desde el talud. “Muchas gracias… Son los jabalís…”, me dice cuando paro a ayudarle. “¿Dónde vas?… Ah, sí, por ahí pasan muchos (ciclistas)… A partir de la ermita el camino está perfecto”.

EL CAMINO PROVEERÁ

En el primer bar que encuentro abierto pido un bocadillo de tortilla y dos cafés con leche que dan gloria suficiente para tirar un rato más. Primero por una sinuosa y solitaria carretera local y después por el antiguo camino, más movidito, que desemboca en Garcia.

Antes de cruzar el Ebro, el track se desvía hacia la fotogénica sierra de Tivissa. Entre melocotoneros y cerezos –confesad: ¿alguien pudo resistirse?–, enfilo algo acalorado el penúltimo escollo de la travesía. La entrada es por los espectaculares acantilados de Sant Blai, que nos llevan por el antiguo camino de El Perelló. Se trata de un sector tan atractivo como solitario, de esos que te hacen sentir que estás lejos de la realidad, tanto en el eje del espacio como en el del tiempo.

Desde lo alto de la sierra de Calobres, entre molinos gigantes, a través de la calima reinante se adivina la lejana silueta del Delta. El descenso a El Perelló pasa rápido, vertiginoso. Una vez abajo, el viejo camino de Tortosa se extiende hacia la llanura de forma placentera. Entre olivos, algarrobos y muros de piedra seca, la bici se acelera, como si supiera que estamos cerca del final.

HORIZONTES INFINITOS

Ya a orillas del Ebro, entre arrozales y canales, un suave viento de Levante ayuda a despegar a las esbeltas garzas, que toman distancia como gráciles bailarinas. Es tierra de rectas. De horizontes planos. El lugar perfecto para imaginar el futuro.

Al final de la pista, La Platjola luce desierta. Las ruedas se clavan en el arenal infinito. El GPS me alerta con su pitido: “Te has salido del track”. Me descalzo y avanzo hacia la orilla. Las olas se desparraman en todas direcciones formando una corriente invencible. El mar me escupe como a un alevín. “Vuelve a tierra firme. Te esperan”.

En la línea de meta aguardan Mònica, Carles, Simó y Eliseu, el equipo de la Cat700 al completo. Me brindan una cálida bienvenida, como a Carles, que llega irradiando felicidad pocos minutos después.

Aunque daría tiempo de subirse al tren rumbo a la normalidad, prefiero quedarme. Esto merece un arroz, un brindis y unas risas. “Te ha sobrado un día”, calcula Mònica. “El año que viene, la larga”.

16 Responses

  1. Joe Morenito
    | Responder

    Hola, gracias por tu escrito.
    Si tuvieras planeado hacerla en 5 dias como distriburías las etapas con la idea de dormir en alojamientos?
    Crees factible hacerla solo con una alforja de tija de 10 litros y otra de manillar ?

    • conunparderuedas
      | Responder

      hola Joe Morenito (o Jordi Rebollo)
      yo el primer día iría a dormir a Espot
      el resto dependerá de los alojamientos disponibles, para ello te recomiendo que estudies el itinerario y tengas en cuenta en qué localidades hay hoteles o albergues de tu agrado, presupuesto, etc. que estén abiertos en las fechas que deseas y tengan un espacio para guardar la bicicleta, ten en cuenta no sólo el kilometraje sino también el desnivel acumulado de cada sector y la naturaleza del firme, pues no avanzarás igual en asfalto que en caminos
      lo del equipaje, lo veo más que suficiente, con un par de mudas de ciclismo y una de cena y dormir para los hoteles
      si llegas pronto al hotel, puedes hacer la colada y al día siguiente salir con la misma ropa ya seca
      que la disfrutes de principio a fin!!!
      un saludo

      • Joe Morenito
        | Responder

        Muchisimas gracias!
        Por el relato y por la respuesta.
        Me lo estudio . La idea es moverse entre los 1500-2000 de dpa cada dia. Sin prisa pero sin pausa y teniendo en cuenta lo que me comentas de los alojamientos y el tipo de terreno..
        Salut i pedals!

      • Joe Morenito
        | Responder

        Muchisimas gracias!
        Por el relato y por la respuesta.
        Me lo estudio . La idea es moverse entre los 1500-2000 de dpa cada dia. Sin prisa pero sin pausa y teniendo en cuenta lo que me comentas de los alojamientos y el tipo de terreno..
        Salut i pedals!

        • conunparderuedas
          | Responder

          buen plan, a disfrutarla! vas ahora o de cara a la primavera?

  2. Carles Escofet
    | Responder

    Company! Molt bon relat! L’any proper mes!!!!

    • conunparderuedas
      | Responder

      moltes gràcies, Carles, ens veiem a la propera!!! amb anques de granota o sense 🙂

  3. Javi Castillo
    | Responder

    Buenísima crónica!
    Un comentario solamente. La ermita de Sant Bartomeu en la Vall d’Ariet no es un buen lugar para pasar la noche y más si te pilla la lluvia. Tiene el tejado muy maltrecho y hay que tener precaución. Si no la arreglan pronto un día se le caerá el tejado.
    Aunque no tenga ni una décima parte del encanto que tiene el rincón donde está la ermita, otra opción cercana para hacer un vivac si te pilla la lluvia es utilizar una de las paredes del pabellón polideportivo de Artesa de Segre. Corresponde la parte inferior de las gradas del pabellón que en el exterior forman un tejado.

    • conunparderuedas
      | Responder

      muchas gracias por tu comentario y recomendación, Javi Castillo, la verdad es que el estado del templo es tan bueno en general que no me fijé en el tejado
      gracias de nuevo!

  4. Daniel Vilanova Anglès
    | Responder

    No lo podrías haber explicado mejor… recorrido espectacular, paisajes increíbles, ambiente familiar, una auténtica maravilla 100% recomendable 😍😍😍

    • conunparderuedas
      | Responder

      muchas gracias, Daniel, me alegra que a ti también te haya gustado, nos vemos en la próxima!!!

  5. Nuri G.
    | Responder

    Maravilloso 😍, como todos tus reportajes, y el tiempo pedaleando juntos (poquito).
    !Ya no se me pasan las orquídeas nunca más!

    • conunparderuedas
      | Responder

      muchas gracias, Nuri, qué bonitas son las orquídeas, eh? coincidimos poco rato pero el aquel paisaje dejaba huella por mucho tiempo 🙂 nos vemos en la próxima cicloaventura 🙂

  6. Albert Rubio
    | Responder

    Y el próximo año será 10a edición de este viaje del pirineo al delta, y seguro que los organizadores preparan una edición especial. Asi para los que no la han hecho nunca pero quieren hacerla que no lo duden. El esfuerzo vale mucho la pena

    • conunparderuedas
      | Responder

      10 años ya!!! parece que fue ayer!!! recuerdo que la primera edición salió de Salardú y vino un equipo de filmación de la televisión catalana
      el año que viene no me la pierdo, espero que pueda ir con mi amigo Pol, que este año se le complicó y fue baja
      nos vemos en la próxima!!!

  7. Albert Rubio
    | Responder

    Y el próximo año será 10a edición de este viaje del pirineo al delta, y seguro que los organizadores preparan una edición especial. Asi para los que no la han hecho nunca pero quieren hacerla que no lo duden. El esfuerzo vale mucho la pena

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