BIKEPACKING I 815 km I 13.100 m+
Basajaun 2023
UN MAR DE RECUERDOS
BASAJAUN ES UN SER TÍMIDO, PELUDO Y HUIDIZO QUE HABITA EN LOS SOMBRÍOS BOSQUES DEL PIRINEO. TAMBIÉN ES UNA CARRERA NO COMPETITIVA –PERMÍTASEME EL OXÍMORON– DE ULTRADISTANCIA QUE EN SU SEGUNDA EDICIÓN HA CONGREGADO NADA MENOS QUE A 250 CICLISTAS QUE COMPARTÍAN UN OBJETIVO: PERSEGUIR SIN DESCANSO, DE DÍA Y DE NOCHE, EL RASTRO PERDIDO DEL ESCURRIDIZO BASAJAUN.
Texto y fotos: Sergio Fernández Tolosa
Pedalear más de 800 km a través de bosques, desiertos y montañas por algunos de los parajes naturales más bellos de Álava, Navarra y La Rioja. Sin asistencias, ni avituallamientos. Avanzando de forma autónoma. Cada cual a su ritmo, pero con un tiempo límite de 130 horas para completar una exigente ruta que combina caminos, pistas, senderos y pequeñas carreteras. Esta es la esencia de la Basajaun de Transibérica, un evento de ultraciclismo en el que cada participante teje su propio destino.
Por eso, cada uno de los que tomamos la salida en Vitoria el pasado 30 de julio a las 8 AM escribirá su relato de la #Basajaun2023. Cada cual vivirá y revivirá su historia, con sus peripecias, sus alegrías, sus penas, sus sustos, sus temores y sus razones. Desde un meteoro llamado Mattia De Marchi que llegó a meta en –¡atención!– 43 horas y 59 minutos, a los restantes 159 finishers y los 67 que abandonaron, unos por averías, otros por lesión, otros por fatiga.
Algunos dirán que los más rápidos no vieron nada, pero todos, del primero al último, a partir de nuestra experiencia creamos y recreamos nuestros recuerdos. Estos, a la espera de la necesaria cuarentena para ganar perspectiva, son los míos.
ANDER IZAGIRRE APUNTA QUE BASAJAUN NO ES TANTO UNA FANTASÍA COMO UNA OBSERVACIÓN VELADA DE LA REALIDAD. NUESTRA ODISEA EN LA #BASAJAUN2023 TAMBIÉN PODRÍA SER UN LANCE ENTRE LO REAL Y LO IMAGINARIO.
RECORRIDO
815 km
Itinerario circular con inicio y final en Vitoria que enlaza parajes naturales de Álava, Navarra y La Rioja, como Urbasa, Irati, Bardenas Reales, Tierra de Cameros, La Demanda…
DESNIVEL
13.100 m+
Gran parte de la dificultad del reto reside en la ascensión acumulada, que para llegar dentro del tiempo límite implica superar una media de 2.500 m+ por jornada.
DIFICULTAD
4/5
El 60% del recorrido es off-road. Contiene sectores de placentero gravel, pero para sorpresa de muchos abundan los caminos y sendas más técnicos.
ATRACTIVOS
☆ ☆ ☆
La exuberante variedad de paisajes, la limpieza mental que produce pasar varios días y noches alejado de la rutinaria realidad, la camaradería entre los participantes…
BAJO NUBES GRISES
Del primer día recuerdo el inesperado y desconcertante sirimiri que caía a primera hora en Vitoria, la larga columna de ciclistas escoltados por la policía motorizada, el primer sendero en el que echamos pie a tierra para dejar pasar a un caminante parlanchín, el vértigo frente al profundo abismo del Balcón de Pilatos y el Nacedero del río Urederra, las nubes gris plomo encasquetadas sobre los murallones de karst de Urbasa, los caballos pastando entre las flores violetas…
Tampoco olvidaré lo fácil que es avanzar cuando el viento se pone de tu parte, tanto como entablar amistad con seres dispuestos a conocer gente con aficiones similares, ni el agua de las fuentes de los pueblos cuando el sol aprieta, ni la incertidumbre que trae el ocaso cuando pedaleas en busca de un lugar para dormir…
De la primera noche tengo grabados los espeluznantes ronquidos de un rendido Basajaun –bilbaíno nacido en Madrid– en el refugio anexo a la ermita de San Urbano, los ladridos de los corzos bajo el cielo estrellado y la sinceridad de quien reconoce no haber hecho nunca un vivac.
HIJOS DE LA LUNA
Del segundo día recordaré la suavidad del amanecer en el corazón del húmedo bosque, las magdalenas de chocolate del panadero que reparte por los pueblos, a Sergi siendo el primero en felicitarme por mi cumpleaños…
Tampoco olvidaré lo lentos que pasan los kilómetros cuando las ruedas se encallan entre las piedras, o cuando uno pincha y al cabo de nada pincha el otro, ni lo duro que es siempre el segundo día, ni el suculento potaje que nos sirvieron en Burguete cuando ya habían cerrado la cocina, ni el variopinto desfile de peregrinos entre el Alto de Erro y el Paso de Roldán…
Guardaré el recuerdo de los magnéticos senderos de Irati, con los últimos rayos de sol colándose entre las hayas, de un abrazo fortuito y sincero a orillas del río con un viejo amigo, de la ascensión al Paso de Tapla bajo un cielo púrpura crepuscular, de un hijo llorando a su padre bajo la naciente luna llena, de un descenso frío e interminable en mitad de la oscura noche…
RUMBO AL DESIERTO
Del tercer día recordaré el primer café de la mañana, las rampas inhumanas a través del bosque para evitar la vecina y tentadora carretera, pero también la agradable sensación al ver los kilómetros empezar a fluir un poco más allá, la parada en seco de Xavi en el centro de armonización y meditación de Irati, la cerveza fría regando los huevos y patatas fritas en un bar de Lumbier…
Tampocó se me olvidará el fugaz paso por la Foz del Irati, ni haber esquivado como si nada la monumental Sangüesa, ni los polvorientos caminos bajo el sol de mediodía que unen los baluartes medievales de Gallipienzo Antiguo y Ujué…
Conservaré en la memoria la velocidad de las pistas agrícolas bien pisadas en las infinitas estepas que rodean la Laguna de Pitillas, la jugosa carne de tres tomates cazados al vuelo en una mata kilométrica y la momentánea y cohibida despedida de mis compañeros de aventura de los últimos tres días, que han decidido avanzar hasta un hotel de Valtierra…
Tampoco borraré fácilmente los bucles dentro del Parque Natural de las Bardenas Reales, ni la hipnótica silueta del Castillo de Peñaflor en mitad de la noche, ni las trialeras que encaras sin dudar porque ya no te quedan fuerzas para reflexionar, ni la poza perpetua de arcillas movedizas de Matalafiera, ni el icónico cabezo de Castildetierra iluminado por la luna, ni los sanguinarios batallones de mosquitos…
JORNADA DE TRANSICIÓN
Del cuarto día recordaré el aire pegajoso de las tierras fértiles de la ribera del Ebro, el pincho de jugosa tortilla y los tiernos donuts del bar Polar de Alfaro, las dudas de Albert sobre si debía continuar en carrera con una herida en la mano que le impedía asirse con fuerza al manillar, los dos pinchazos seguidos nada más salir de Corella, la llegada del irreductible Albert mientras yo parcheaba la acribillada cámara, los pedregales inmisericordes de acceso al Monte Yerga, el agua helada de la fuente de Santa María, el chapuzón vestido y calzado en el arroyo de Muro de Aguas, el calor sofocante a la hora de la siesta en un Arnedillo en fiestas, la ascensión entre dinosaurios hasta la ermita de Santa Ana, la entrada a hurtadillas en la solitaria Tierra de Cameros…
CUENTOS PARA NO DORMIR
Del quinto día recordaré la plácida subida matutina al Puerto de la Rasa y la posterior emboscada del track por encima del pueblo de Pinillos, a los ciclistas pidiendo dos y tres pinchos de tortilla por cabeza en el bar de Pradillo, el agradable rodeo que dimos para llegar a Ortigosa, el fulgurante descenso del Puerto de Peña Hincada y la acalorada subida hasta el monasterio de Valvanera…
Tampoco olvidaré la larga ascensión al Collado de San Lorenzo, primero bajo un sol abrasador y después envueltos por la fría niebla, ni la sorpresa de un nuevo y sinuoso singletrack antes de encarar la última subida, ni las reflexiones a 2.000 metros de altitud de un médico austriaco sobre lo adictivos que son este tipo de retos…
Difícilmente borraré del caché las dos o tres canciones que tarareé como pesadas letanías en mitad de la noche, mientras fantaseaba con la idea de que yo era un rider que debía entregar un paquete en Vitoria aquella misma noche, hasta que me rendí ante el puente medieval de San Vicente de la Sonsierra, justo a las 12 de la noche, cuando mi carroza se convirtió en calabaza y mi capa de ultraciclista en saco de dormir…
UNA LUZ EN EL TÚNEL
Del sexto día recordaré los bares cerrados, las aguas mansas del Ebro, el mono de pincho de tortilla, el chaparrón otoñal que puso a prueba el chubasquero Helly Hansen y las nuevas bolsas Ortlieb, el rostro desesperado de una ciclista polaca que venía corriendo, con el freno delantero colgando desde el monasterio de Valvanera y ambas ruedas pinchadas, y las manos de Esteban, un vecino de Urturi que se brindó a reparar el desaguisado.
Tampoco olvidaré fácilmente el atragantamiento que me provocó el Sendero del Agua entre Verganzo y Pagoeta –básicamente al comprobar que la carretera subía en paralelo–, ni lo mucho que disfruté del siguiente y bucólico tramo de senda junto al río Ayuda, ni el feliz alivio al verificar en el mapa del GPS que a partir de Okina todo era asfalto, ni que la meta de la Basajaun estaba pintada en el suelo en un pequeño collado a 15 km de Vitoria…
EPÍLOGO: ENTRE LO REAL Y LO IMAGINARIO
Apunta Ander Izagirre en su Vuelta al país de Elkano, que "Basajaun no es tanto una fantasía como una observación velada de la realidad. No es una leyenda inventada por pastores aburridos, sino una presencia auténtica, misteriosa, difícil de definir". Nuestra odisea en la Basajaun 2023 también podría ser un lance entre lo real y lo imaginario. Un viaje entre la vigilia y el sueño. Un pulso entre la delgada línea –invisible, tal vez– que separa el hipotético éxito del relativo fracaso.
Basajaun 2023 será para mi mucho más que una enumeración de recuerdos. Ha sido también una ocasión única para asomarme al fenómeno del ultraciclismo. Un universo en el que indefectiblemente la velocidad y las prisas llevan las riendas, pero en el que además brilla la camaradería y existe una sorprendente especie de hermandad. En el fondo, un reflejo más del mundo en el que vivimos, el que creamos cada día a golpe de pedal.
GUÍA PRÁCTICA
→ FECHAS La Basajaun se celebra entre finales de julio y principios de agosto.
→ DURACIÓN La organización establece un tiempo máximo de 130 horas para completar el recorrido y ser considerado finisher.
→ TERRENO El recorrido de la Basajaun tiene un 40% de sectores asfaltados (en su mayor parte carreteras sin apenas tráfico y pistas forestales pavimentadas). El 60% restante se divide entre pistas, caminos y senderos de distinto firme y dificultad. El itinerario incluye algunos sectores no ciclables.
→ FILOSOFÍA La Basajaun no es una competición. Salvo el reconocimiento y admiración por parte de la comunidad ultraciclista, no hay premio alguno para los que completan el recorrido en menor tiempo. Ello no quita que los participantes se refieran a ella como “carrera” (de hecho, el mensaje de la mussete del pack de bienvenida es “Basajaun - Unsupported Ultracycling Gravel Race”).
→ EQUIPAJE Cada participante debe cargar con su equipo: ropa de abrigo, raciones alimenticias, herramientas, recambios, etc. Para la ocasión estrené un juego de bolsas de bikepacking de Ortlieb: bolsa de manillar, cuadro y sillín. También llevé un Camelbak. La impermeabilidad de las bolsas quedó demostrada con el chaparrón que nos cayó justo antes de llegar a Vitoria.
→ ORIENTACIÓN La ruta no está señalizada sobre el terreno. La organización proporciona el track para GPS a los inscritos unos días antes de su celebración.
→ LOCALIZADOR Cada participante lleva un localizador GPS facilitado por la organización que permite saber su posición en tiempo real durante toda la prueba.
→ BICI IDEAL Pensando que el circuito sería más gravelero, participé con mi Surly Straggler, pero si hubiese sabido cómo eran los sectores off-road, habría elegido la Surly Ogre. Por otra parte, la transmisión de 24-36 x 11-32 fue ideal para afrontar las constantes y duras subidas. Los neumáticos de 42 mm van bien en terreno fácil, pero en los descensos rotos y pedregosos el desgaste físico es muy superior, por lo que creo que sólo compensa a los que buscan crono.
→ LUCES El foco con buje dinamo Son 28 resultó clave para rodar con tranquilidad después del anochecer (unas 2 o 3 horas cada día) por toda clase de terrenos.
→ CICLABILIDAD Es difícil calcular qué porcentaje de ruta no es ciclable, pues depende de las habilidades técnicas del ciclista, la bici, el desarrollo, el neumático, el cansancio… La organización, sin embargo, señaló unos cuantos sectores de hikeabike “sello de la casa”. Había una de estas emboscadas aproximadamente cada 75 km.
→ AGUA & COMIDA La ruta pasa por poblaciones –o muy cerca– todos los días, por lo que es relativamente fácil rellenar los bidones en fuentes. En cuanto a la comida, conviene ser previsor, pues no en todos los pueblos hay bares, restaurantes o tiendas de alimentación abiertos en el día y la hora en la que pasaremos por allí. También hay que tener en cuenta que 250 participantes pueden vaciar las despensas y los congeladores de cualquier restaurante que no haya previsto el paso de la marabunta. Por tanto, siempre hay que llevar raciones alimenticias de emergencia.
→ CÓMO LLEGAR La Basajaun comienza y acaba en el centro de Vitoria. Es una ciudad muy bike-friendly y tiene buenas conexiones de tren y autobús.
→ ENCANTARÁ… A ultraciclistas todoterreno y aventureros insomnes.
→ CONTRAINDICADA PARA… Incondicionales del gravel de Girona.
→ INFORMACIÓN E INSCRIPCIONES www.transiberica.club
Si tienes alguna pregunta, participa con un comentario.
Y si te parece interesante, comparte en tus redes sociales.
Antonio
Gracias por contarlo. Enhorabuena.
conunparderuedas
gracias por tu comentario, Antonio
un saludo!
Xavi
molt bona crònica Sergi
tot un plaer compartir una bona part de l’aventura
i participar en aquest oxímoron 🤣
conunparderuedas
moltes gràcies a tu, Xavi, el plaer va ser meu, uns grans companys, hem de fer una altra!!