TEST & REVIEW I 100 km con...
ALTRA LONE PEAK 9+
ROZANDO LA EXCELENCIA
PROBAMOS LA VERSIÓN ACTUAL DE LA ZAPATILLA CON LA QUE HICIMOS BUENA PARTE DE LA TRANSICIÓN HACIA EL DROP CERO, LA ALTRA LONE PEAK 9+, QUE SE MANTIENE BASTANTE FIEL A SUS ORÍGENES, AUNQUE HA GANADO FIRMEZA Y ALGO DE PESO.
Texto y fotos: Sergio Fernández Tolosa & Amelia Herrero Becker
El material deportivo evoluciona sin cesar. En algunos aspectos y circunstancias, resulta comprensible y hasta deseable. Sin embargo, no pocas veces nos asaltan serias dudas acerca de la conveniencia de cambiar algo que ya funciona. O lo que es peor: sobre si las marcas, dentro de la vorágine comercial, emplean el tiempo necesario para verificar la utilidad real de todas las modificaciones que implementan en las nuevas colecciones.
En el caso de las Altra Lone Peak 9+, me alegra ver que se mantienen fieles a sus principios, aunque me ha decepcionado que se les haya escapado un detalle que considero vital: el espacio vertical de la puntera es más que "algo justo" –de ahí el título de este post–. Al menos, para mis dedos. Por lo demás, es una zapatilla que se acerca a la perfección: drop cero, footshape respetuoso, menos de 25 mm de perfil, excelente grip y algo más de firmeza que en versiones anteriores, lo que se traduce en un ground feeling menos extremo. Todo claro, ¿no?
EL DROP CERO HACE QUE LA MUSCULATURA POSTERIOR TRABAJE MÁS, PUES TIENE QUE HACER UN MAYOR RECORRIDO.
PRIMERAS IMPRESIONES
A primera vista, se observan ligerísimas modificaciones respecto a las Altra Lone Peak 7 que probé hace dos años. La puntera "respetuosa" se mantiene, al igual que el drop cero. También el tirador del talón, la lengüeta acolchada y bien unida al upper, los cordones planos, los ojales reforzados y el ojal extra para mayor control en las bajadas, el velcro trasero y el enganche frontal para polainas de la propia marca...
El cambio principal y más evidente es la suela Vibram® Megagrip. El diseño recuerda muchísimo al de las Lone Peak 7, pues sigue imitando la forma natural del pie humano, la anatomía de los dedos y los metatarsianos. Los tacos tienen una profundidad de 3,8 mm y parecen algo más duros. Mantienen también la forma de "V", apuntando hacia delante en la zona delantera y hacia atrás en la trasera, para así mejorar la tracción en subida y el frenado controlado en los descensos.
MENOS FLEXIBLES, MÁS PESADAS
Otra de las características clave de la saga Lone Peak era su absoluta flexibilidad, tanto a nivel longitudinal como torsional. El modelo actual sigue siendo bastante flexible, aunque menos, pero mucho más que las Altra Timp 5 BOA® que probé el pasado verano, por ejemplo.
En cuanto a amortiguación, la distancia que nos separa del suelo sigue siendo de 25 mm a lo largo de todo el pie, según catálogo y contando suela, mediasuela y plantilla (ésta tiene un grosor considerable: 4 mm).
Una vez en la balanza, en talla 48 EUR –una más que hace dos años– dan un peso de 370 gramos por pie –el catálogo, en talla 42’5 EUR, indica un peso de 327 gramos–. Ello significa un aumento de casi el 10% respecto a la versión de 2023.
PIES ANCHOS, HORMA 'ORIGINAL'
Hablando de tiempo, hace bastante que descubrí que mis pies necesitan espacio extra. Pero no sólo en la zona de los dedos. También a la altura de los metatarsos. La sensación de que ese espacio extra ha ido creciendo en los últimos años me la confirmó el podólogo Enric Violan, que asegura que se trata de un proceso natural debido, en parte, a la edad, pero también a haber liberado mis pies, que ahora son más fuertes, pero también más anchos.
Las nuevas Altra Lone Peak 9+ tienen la horma 'Original', la más ancha de la casa norteamericana. Aún y así, para mí, son estrechas. Si extraigo la plantilla y pongo el pie descalzo sobre ella, en la zona del metatarso, el pie se desborda por los lados. Conclusión: parece que los pies, cuanto más espacio les otorgamos, más espacio necesitan.
LOS TACOS TIENEN UNA PROFUNDIDAD DE 3,8 MM Y PARECEN ALGO MÁS DUROS. MANTIENEN TAMBIÉN LA FORMA DE "V", APUNTANDO HACIA DELANTE EN LA ZONA DELANTERA Y HACIA ATRÁS EN LA TRASERA.
SOBRE EL TERRENO
Mi primera salida con las Altra Lone Peak 9+ fue una ruta de senderismo por el Congosto de l'Entremont. Además de unos paisajes espectaculares, esta excursión ofrece un amplio abanico de terrenos y firmes: desde sendas mixtas con raíces y piedras de todos los tamaños y texturas, hasta sectores asfaltados de considerable duración.
Ya en los primeros pasos por la senda que asciende a los castillos de Samitier tuve la sensación de llevar unas Lone Peak, pero algo más firmes. Sin embargo, no hay que esperar la misma eficiencia que con calzados manifiestamente rígidos. Las Altra Lone Peak 9+ son unas zapatillas que, sin ser barefoot, buscan una cierta sensación de grounding, de libertad. Ello las hace especialmente indicadas para personas que quieren hacer una transición progresiva hacia calzado natural.
En este sentido, en anteriores pruebas y artículos ya hemos advertido que el drop cero requiere un período de adaptación. El proceso puede alargarse meses, incluso años, y para superarlo sin lesiones resulta clave ser gradual y, sobre todo, no dejar de hacer los ejercicios específicos para evitar sobrecargas.
En el resto del itinerario –siempre caminando, sin correr–, hubo un poco de todo. En los tramos fáciles, las Lone Peak 9+ permiten disfrutar de cada paso. En cambio, en los sectores que obligan a caminar sobre pedruscos puntiagudos o con aristas afiladas, eché de menos la protección y consistencia de una suela más sólida o, al menos, una placa anti-rocas.
SUBIR SIN PRISAS
En mi segunda sesión con las Altra Lone Peak 9+, salí por mi circuito habitual de CACOS. Subiendo por la abrupta senda de la ermita, con bloques de roca, taludes escorados y canales repletos de cantos de todos los tamaños y formas, pude confirmar algo que ya sospechaba: en terreno ascendente y técnico, no son las zapatillas más rápidas. No se trata de mirar el cronómetro (cosa que no hice). Es una cuestión de sensaciones.
Resulta increíble lo sensible que se puede volver uno al probar distintos calzados en el mismo terreno con pocos días de diferencia. También sorprende sobremanera cuánto se nota lo que me gusta definir como "doping mecánico". Y si no, prueba a hacer elevaciones de pantorrilla descalzo y luego calzado.
En este tipo de subidas, que son lo más parecido a la escalinata de una pirámide maya tras un devastador terremoto, se aprecia cualquier ayuda. Y en el caso de las Altra Lone Peak 9+, el drop cero hace que la musculatura posterior trabaje más, pues tiene que hacer un mayor recorrido. Y por otro, una menor firmeza reduce la fuerza del conjunto, pues al tener menos soporte podemos hacer menos palanca. En resumen, podríamos describir la experiencia como "sin aditivos". O con el oxímoron "casi 100% natural".
NO SE TRATA DE MIRAR EL CRONÓMETRO (COSA QUE NO HICE). ES UNA CUESTIÓN DE SENSACIONES.
CONEXIÓN Y CONTROL
La cosa cambia cuando el sendero pierde verticalidad. Ahí empiezo a disfrutar de las Lone Peak 9+, que conservan las mismas cualidades positivas que las Lone Peak 7, pero con las evidentes mejoras de la nueva suela Vibram®.
Lo mismo me ocurre en bajada, ya de vuelta a casa. La vereda que de subida me había hecho sentir menos rápido y reactivo, ahora, con el drop cero y el punto extra de tracción y adherencia de la suela Vibram, me transmite un equilibrio sobresaliente entre control, libertad y propiocepción. Una coordinación exquisita entre mente, cuerpo, zapatillas y terreno.
DURABILIDAD...
En cuanto al tejido del upper, ya en un primer examen se aprecia que es más tupido y menos elástico. Ello hace pensar que será más resistente a roces o enganchones fortuitos con arbustos y tocones.
Sin embargo, tras apenas tres semanas de uso han empezado a dar muestras de desgaste en el pliegue que se hace en los metatarsos, algo que no me ocurrió con las Lone Peak 7 y, muchísimo menos, con las Altra Timp 5 BOA®, que han demostrado ser más sólidas en todos los sentidos.
ESPÍRITU LONE PEAK
Al margen de esta cuestión, que puede deberse a múltiples factores –barro, frío, roces...–, y sin olvidar el exiguo espacio vertical de la puntera, creo que se trata de unas grandes zapatillas ávidas de kilómetros por toda clase de senderos, ya sea caminando o corriendo.
Aunque son un poco más rígidas y pesadas que su predecesoras, me alegra comprobar que Altra sigue apostando por las sensaciones, y no sólo por los resultados. Para eso ya tienen otros modelos más dirigidos a la competición. Ojalá las Lone Peak 10 sigan esta línea, pero con más espacio vertical para los dedos. Nuestras uñas lo agradecerán.
TEST & CONCLUSIONES |
| + Las Altra Lone Peak 9+ conservan la esencia de la saga: drop cero, puntera respetuosa y horma Original (la más ancha de Altra). |
| + Excelente grip gracias a la suela Vibram® Megagrip. |
| + Amortiguación moderada para no perder la sensación de contacto con el suelo. |
| + Menor perfil & suela más ancha = más estabilidad. |
| + Ausencia de dropper agresivo. |
| + / - Un poco menos flexibles que sus predecesoras (no gustará a los puristas del natural running). |
| - Poco espacio vertical en la zona de los dedos (confirmado en el laboratorio de RunRepeat.com). |
| - Algo más pesadas que las versiones anteriores. |
| ⊕ Ideales para: corredores de drop cero con pies anchos –aunque no súper anchos– que se mueven por pistas, caminos y sendas no demasiado técnicos. |
| ⊗ Contraindicadas para: pies estrechos, pantorrillas no acostumbradas al drop cero o batir récords de KV. |
FICHA
Marca: Altra.
Modelo: Lone Peak 9+.
Tallas: De la 40 a la 51'5 EU (del 7 al 16 US).
Peso: 328 gramos por pie (talla 42'5 EU).
Lugar de fabricación: Vietnam.
PVP recomendado: 150 euros.
Más información: www.altrarunning.eu.
















