La Munia desde Pineta

TREKKING I 26 km I 2.100 m+

La Munia (3.132 m) desde Pineta

POR LA CARA 'B'

EXISTEN MUCHAS MANERAS DE SUBIR –Y VIVIR– UNA MONTAÑA. EN EL CASO DE LA MUNIA, EL ACCESO DESDE PINETA NO ES, NI MUCHO MENOS, EL MÁS DIFÍCIL, PERO SEGÚN UNA CONOCIDA APP DE MONTAÑISMO SE TRATA DE LA RUTA “MÁS LARGA Y PENOSA” PARA CORONAR ESTE TRES MIL DEL PIRINEO DE HUESCA. A NOSOTROS NOS PARECIÓ LA RECETA PERFECTA PARA PASAR DOS DÍAS AL AIRE LIBRE PRACTICANDO EL SANO VICIO DEL 'SLOW MOUNTAIN'.

Texto y fotos: Sergio Fernández Tolosa & Amelia Herrero Becker

Salir desde el fondo del valle, donde el Cinca es un arroyo de aguas cristalinas y frías flanqueado por una glera pedregosa y refulgente. Entrever, en los primeros pasos, pequeñas praderas boscosas salpicadas de orquídeas y fresas silvestres. Remontar el cauce del torrente de Lalarri a través de un hayedo tan vertical como sombrío en el que crecen las setas desde principios de primavera…

Todo ello bajo las inmensas paredes del Circo de Pineta, su cascada eterna y la estampa pétrea de las Tres Sorores, regentas indiscutibles del amurallado Valle de Pineta. La ascensión “más larga y penosa” acaba de empezar.

AJENOS A NUESTRA PRESENCIA, DOS CABRITILLOS DE SARRIO BRINCAN GRÁCILES, CASI INGRÁVIDOS, SUBIENDO Y BAJANDO UNA Y OTRA VEZ POR LA HELADA PENDIENTE.

RECORRIDO

26 km

Itinerario circular desde el Valle de Pineta a la cima de La Munia (3.132 m) por los Llanos de Lalarri, regresando por el Collado de las Puertas, La Estiva y Os Sacos.

DESNIVEL

2.100 m+

Aunque la pendiente no es ni mucho menos uniforme, el perfil es simple: larga subida por el valle de Lalarri y larga bajada con un breve respingo en Las Coronetas.

DIFICULTAD

4/5

La aproximación tiene sectores poco pisados y algún paso con exposición, pero la dificultad y el compromiso aguardan en la arista, entre el Collado de La Munia y la cima.

ATRACTIVOS

☆ ☆ ☆

Las vistas del Valle de Pineta y el Monte Perdido, las refulgentes paredes del Tormacal, la soledad en los Gorgos de Lalarri, la panorámica desde la arista de La Munia, las murallas de Plana Fonda…

UN LLANO ENTRE PAREDONES

Más allá del hayedo se abre una amplia e idílica pradera rodeada de montañas. Es la versión pirenaica de Teletubbie Land.

El refugio libre de Lalarri queda a un lado. La senda corre hacia el fondo, paralela al río, entre rebaños de vacas, caballos y alfombras de flores. Las marmotas, siempre alerta, ladran a lo lejos. Es viernes y hay unos cuantos humanos, no muchos, que caminan en dirección al Salto de Lalarri. La mayoría han subido por la serpenteante pista que nace junto al Parador de Bielsa.

Tras asomarnos por turnos a la oscura poza en la que el río retumba con todo su poderío, retrocedemos unos metros y nos desviamos por una senda poco pisada que trepa con más decisión que nuestras piernas. La mochila pesa, pero también la sensación de vértigo que nos invade en algunos pasos que resultan ser más aéreos de lo que habíamos imaginado.

En menos de un kilómetro ganamos 300 metros de desnivel. De repente, la llanura y los meandros del torrente quedan muy pero que muy abajo.

Nada más superar el escarpe, se abre un nuevo paisaje. El viento del norte arrecia, azotando las praderas herbosas y obligándonos a atrincherarnos para recuperar fuerzas. Los vastos paredones de las Blancas del Tormacal resplandecen bajo los rayos del sol. Ya falta poco para los lagos.

'SLOW MOUNTAIN' POR TODO LO ALTO

Salvo por el viento helado, en los lagos reina la calma. Las nubes enganchadas en la divisoria amenazan con bajar. Sobre nuestro campamento se eleva el Circo de La Munia y el mastodóntico Robiñera (3.003 m). Tenemos la agradable sensación de estar completamente solos.

Cuando el sol se abre paso entre las nieblas, salimos de la tienda. Filtramos agua. Bebemos tés. Merendamos papillas de avena con frutos secos y chocolate. Amelia teje. Yo hago el perro. Chincheta dormita. El tiempo pasa.

A última hora, una hembra de sarrio come hierba a orillas del ibón, a sólo 15 metros de nuestra tienda. En un nevero cercano, juegan sus dos cabritillos. Ajenos a nuestra presencia, brincan gráciles, casi ingrávidos, subiendo y bajando una y otra vez por la helada pendiente. Qué bien no estar del todo solos.

DUDAS RAZONABLES

A la mañana siguiente, el viento ha amainado y el cielo luce despejado. A las 7 h en punto salgo de la tienda y encaro la ascensión hacia el collado. Amelia y Chincheta se quedan durmiendo. Las reseñas sobre la arista que conduce hasta la cima de La Munia nos han hecho dudar.

Sin el peso de la mochila, avanzo ligero. En unos 45 minutos alcanzo el nevero del collado. Un denso mar de niebla permanece agazapado al otro lado de la frontera. Aquí sí sopla el viento. La roca de la cara norte está mojada y hace frío.

En una zona segura, compruebo el agarre de mis botas en la roca húmeda. “Bien”. Decido seguir. Parapetado tras un saliente, me pongo la chaqueta, la capucha y los guantes, guardo los bastones y las prisas, bebo agua, abro la válvula de la concentración al máximo y empiezo la larga travesía hasta la cumbre, que implica algo más de un kilómetro de ida y otro tanto de vuelta.

UNA HORA EN LA ARISTA

Al no conocer la ruta, en varias ocasiones tengo la sensación de que los hitos no indican el itinerario más fácil. “¿Realmente es por aquí?”, me pregunto francamente impresionado.

Poco a poco descifro el laberinto y llego al famoso Paso del Gato. Identificarlo es fácil. Una placa lisa e inclinada muestra dos zarpazos que dividen la pared. La roca sigue húmeda, pero las botas me ayudan a empotrar el pie en la estrecha fisura de la derecha y supero el escalón sin necesidad de tocar la cadena instalada en el lado izquierdo.

La aventura, sin embargo, no ha terminado. Los pasos más aéreos, aunque no los más complicados, aguardan más arriba. “Paciencia, ya estás cerca”.

Cuando la arista se ensancha, me permito el lujo de mirar hacia abajo. En Francia no se ve nada. Por poniente, entre nubes, se adivina el Monte Perdido. Hacia el sur, el espectáculo es arrebatador. Bajo el Robiñera, en los ibones, distingo nuestra tienda.

Los 10 minutos de la cumbre pasan rápidos. Hago algunas fotos, bebo agua y desayuno una barrita de proteína. Es hora de volver.

HITO HITO GORGORITO

La bajada hasta el collado me resulta más fácil. En parte porque ya conozco el terreno, pero sobre todo porque una vez destrepado el Paso del Gato –ahora sí me cojo de la maroma–, decido seguir el track de Wikiloc de Atrochando.com, que se desentiende de los hitos durante unos minutos y salva un sector de cresterío por el flanco sur de la arista.

Ya cerca del collado, me cruzo con el primer grupo que sube desde Petramula, la ruta de ascensión más corta y directa. El descenso hacia los lagos es rápido. Tanto, que a veces me deslizo sin querer fuera de la huella.

Una vez en el "campo base", devoro unas papillas de avena y un café soluble. Son las 10 AM.

REGRESO POR PLANA FONDA

Una hora más tarde, cuando recogemos el campamento, las nubes ya han conquistado el paisaje. Empezamos a bordear los ibones, rumbo al Collado de las Puertas, excelente mirador de la colosal cara norte del Comodoto.

Poco más abajo, dejamos a la izquierda el sendero que sube al Robiñera. Por las faldas del Pico del Chinipro, seguimos perdiendo altura hasta que abandonamos el camino principal en busca de una huella menos pisada que flanquea en dirección al panorámico Collado de Petramula. Bajo nuestros pies se abre la Plana Fonda, un valle colgado, bucólico y pastoril protegido por una monumental muralla de roca almenada.

La ruta continúa por el GR-11, atravesando las suaves praderas de La Estiva, un sector de fácil andar pero realmente espectacular. Después de cruzarnos con una manada de sarrios, la pedregosa senda se hunde en el bosque, rumbo a los Llanos de Lalarri.

Cuando ya se otea el refugio, la curiosidad nos empuja hacia el sendero menos pisado, que baja por Os Sacos –y bastante a saco– entre bosques, torrenteras y canchales hasta orillas del Cinca. “El título de esta ruta debería ser La cara B”, acierta Amelia. "Sí, La Munia B-side extended version".

MAPA & TRACK GPS

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GUÍA PRÁCTICA

ÉPOCA IDEAL El principio del verano es el período más agradecido para este recorrido, por las flores, los neveros, el agua… Entre semana y fuera de temporada vacacional, especialmente más allá de la zona de influencia del Valle de Pineta, hay poca gente. Nosotros la hicimos a finales de junio.

ORIENTACIÓN Hemos utilizado el mapa Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, escala 1:25.000, de la Editorial Alpina. La edición digital se puede instalar en el TwoNav, de manera que puedes ver el mismo mapa en la pantalla del GPS.

DURACIÓN La ruta la planteamos en dos días, haciendo vivac en los lagos de Lalarri, subiendo a la cumbre a primera hora del segundo día y llegando sin prisa hasta el punto de partida a media tarde.

AGUA Nosotros potabilizamos directamente de los arroyos e ibones con un softflask con filtro purificador LifeStraw. De esta manera, ahorramos mucho peso en la mochila durante el recorrido.

CALZADO En el descenso nos cruzamos con algunas personas que iban hacia la cumbre de La Munia y el Robiñera con zapatillas de trail, pero para este tipo de actividad y terreno nos decantamos por un calzado de mayor rigidez. Nosotros usamos las Bestard Trek FF y Bestard TR Quantic Lady.

ABRIGO Aunque la previsión meteorológica era favorable, en alta montaña hay que estar siempre preparados. En esta ocasión, las chaquetas de montaña, las mallas térmicas y los guantes nos salvaguardaron de los efectos del fuerte y frío viento.

MATERIAL Entre los ibones de Lalarri y el Collado de La Munia encontramos algún nevero pero no fue necesario sacar los crampones ni el piolet porque la nieve estaba blanda, pero es recomendable llevarlos por si acaso. Para el sector de la arista sería aconsejable casco y una cuerda por si alguien no lo ve claro.

DORMIR A orillas de los ibones de Lalarri hay diversos puntos para vivac. Las dos veces que hemos pasado la noche allí –por supuesto, siguiendo todos los principios de Leave no trace–, ha soplado un viento del noroeste que enfría el ambiente incluso cuando da el sol.

CÓMO LLEGAR La excursión comienza y termina en el Valle de Pineta, en la comarca de Sobrarbe, Huesca.

ENCANTARÁ… A montañeros y senderistas avanzados y sin vértigo que buscan la otra cara del hit.

CONTRAINDICADA PARA… Impacientes devoradores de cumbres.

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