Bisaurín

TREKKING I 13 km I 1.170 m+

Bisaurín (2.670 m) - Valle de Aragüés

INCERTIDUMBRE CIRCULAR

ACCEDER A LA CUMBRE DE UNA MONTAÑA REPRESENTA MUCHO MÁS QUE LA POSIBILIDAD DE OBSERVAR UN PEDAZO DE MUNDO DESDE UN PRIVILEGIADO BALCÓN, HACERSE UNA FOTO ANTES DE DAR MEDIA VUELTA Y REGRESAR SOBRE NUESTROS PASOS. PARA NOSOTROS, LA CIMA DEL BISAURÍN FUE EL PUNTO DE INICIO DE UN EMOCIONANTE DESCENSO POR EL SOLITARIO Y ABRUPTO VALLE DE BERNERA.

Texto y fotos: Sergio Fernández Tolosa & Amelia Herrero Becker

Entre los valles aragoneses de Hecho y Aragüés, en pleno Parque Natural de los Valles Occidentales, el Bisaurín (2.670 m) ostenta el curioso título de "cima más alta del Pirineo entre las playas del Cantábrico y el Puerto de Somport". Esta llamativa distinción y su condición de cumbre asequible –por la vía suroeste, desde el Refugio de Lizara– han popularizado su ascensión incluso en fechas invernales.

Nosotros acudimos en otoño, cuando los pastos ya amarillean y los rebaños de ovejas empiezan a retirarse de las cotas altas. Subimos con paciencia por la diáfana vertiente suroeste, a través del Colláu de Lo Foratón. La bajada la hicimos por la vertiente opuesta, más intrincada y escarpada, que nos deleitó con la cara más indómita y sobrecogedora de la misma moneda.

PAREDONES, CORTADOS, PEDREGALES, BRECHAS… DE REPENTE SE HA APODERADO DE NOSOTROS UNA SENSACIÓN DE LEJANÍA. DE DISTANCIA. DE AISLAMIENTO.

RECORRIDO

13 km

Itinerario circular, desde el Refugio de Lizara hasta la cumbre del Bisaurín, subiendo por el Colláu de Lo Foratón y bajando por Brecha Bernera y Plana Mistresa.

DESNIVEL

1.170 m+

Cifra más que considerable teniendo en cuenta la distancia recorrida. Las pendientes de subida más fuertes se encuentran entre el Colláu de Lo Foratón y la cima.

DIFICULTAD

4/5

Las complicaciones aparecen a partir de la cumbre. El descenso es por terreno agreste, con mayor posibilidad de encontrar nieve –cara norte– y una zona de bloques.

ATRACTIVOS

☆ ☆ ☆

Las panorámicas vistas desde la zona alta, los rebaños de miles de ovejas, la sensación de aislamiento y pequeñez del ser durante el descenso, los veloces sarrios…

TOPONIMIA IMAGINATIVA

No es ningún secreto que el Pirineo está repleto de toponimia de origen euskérico –Loarre, Benasque, Benabarre, Aran, Gerri, Esterri, Urtx…– . En el caso del Bisaurín, la interpretación de los expertos gira en torno a bizar (barba) y auri (amarillo). Si se nos permite la metáfora, pues, hoy vamos a intentar subir hasta la coronilla de un gigante de roca de barbas doradas.

La ruta comienza al final de la estrecha carretera de montaña que recorre el Valle de Aragüés. Se trata de una revirada y emboscada lengua de asfalto que hará las delicias de cualquier cicloturista con buenas piernas y que termina a las puertas del idílico Llano de Lizara, a 1.537 metros de altitud.

El día es radiante. El sol ilumina cada rincón del valle. Sólo el monótono zumbido del generador del refugio sabotea el silencio reinante. Nos atamos las botas, revisamos la mochila una vez más y echamos a andar.

REBAÑOS DEL SIGLO XXI

El GR-11.1 avanza cuesta arriba por una pista que cada año llega más alto, allanando el paso a los jeeps de los pastores motorizados. En poco menos de media hora alcanzamos la Fonfría. Una breve pausa para que Chincheta beba a placer y seguimos subiendo por la pista.

Otra media hora después, las señales del GR se alejan –por fin– de las roderas de los 4x4. Estamos ya en la senda del Colláu de Lo Foratón, que en un par de largas lazadas nos sitúa por encima del Refugio de Fetás.

El collado y toda la Sierra de Gabás son una inmensa pradera dorada. Un lienzo en tres dimensiones en el que dos grandes rebaños amagan con juntarse, como dos bandadas de estorninos que juegan en el aire.

Al llegar al collado, a 2.016 m, pasamos la cancela y viramos a la derecha. Una nueva pala de hierba y piedras se erige ante nosotros, como la verticalísima escalera de una pirámide azteca.

Poco a poco –muy poco a poco, a decir verdad– vamos superando el costalón. Carece de dificultad técnica, pero requiere perseverancia. En una de las muchas paradas para recuperar el aliento, nos giramos y vemos que los rebaños ya son uno, y se dirige hacia el valle.

MOMENTO CUMBRE

Superado el pedregoso y empinado repechón, la panorámica se agranda bajo nuestras atónitas miradas. Hacia el oeste se eleva la notoria Peña Agüerri (2.447 m). Y al noroeste, el rojizo Castillo d'Acher (2.384 m). La visibilidad es perfecta. El arco del horizonte promete.

En los últimos zócalos que anteceden a la cumbre, Chincheta detecta entre el roquerío la única mancha de nieve superviviente y corre a darse un masaje refrescante. La cima es amplia. El sol se mantiene alto. Es el momento cumbre: el de sacar el bocadillo y recuperar fuerzas.

Tras almorzar y agotar nuestras reservas de agua, debatimos sobre si debemos volver por el mismo camino o aventurarnos por la vertiente opuesta de la montaña. Al final, tras valorar pros y contras, conseguimos un principio de acuerdo y acordamos ceñirnos al plan original. Vamos hacia lo desconocido.

RUMBO A LO DESCONOCIDO

Nada más reiniciar la marcha, surgen las primeras dudas. Hay una doble huella. La de la derecha parece desviarse –o quizá dar más vuelta–, así que probamos la de la izquierda, que salta directamente la cresta y empieza a descender por una pedrera de impresionantes vistas.

En momentos así, el mapa Alpina instalado en el TwoNav resulta de gran ayuda. El sendero se desploma hacia el todavía lejanísimo valle. Nosotros paramos cada pocos metros para comprobar que estamos bajando por la cara correcta y, de paso, disfrutar del panorama.

Un poco más abajo, obviamos la difusa huella que conduce al Collado de Secús y seguimos descendiendo por el sendero más pisado que se escurre junto a un escénico hombro de roca. Sobre esta pasarela se despliega un horizonte plagado de cumbres, del que sobresale el siempre elegante Midi d'Ossau.

El paisaje que nos rodea, en el que nos sentimos literalmente plantados, es más dramático. Paredones, cortados, pedregales, brechas… La ruta no ofrece grandes dificultades, pero de repente se ha apoderado de nosotros una sensación de lejanía. De distancia. De aislamiento.

LA VELOCIDAD DEL SARRIO

Con mucho tiento, superamos un pequeño mar de bloques que da lugar a otra bajada. Un pie aquí, otro allá… Así llegamos al Valle de Secús y encontramos la primera surgencia en la que calmar la sed antes de continuar bajando por el sombrío valle, en dirección a Plana Mistresa.

Al percibir nuestra presencia, una manada de sarrios echa a volar sobre el humedal. Apenas unos segundos después, nos observan desde la ladera opuesta. Al cabo de un minuto, deciden huir sin prisa, montaña arriba, en dirección al Puerto de Bernera, que casualmente conecta con el Valle de los Sarrios.

Nuestro sendero vira al sur y se mete en el Achar de Catiellas, una cuña de roca por la que enseguida empezamos a perder altura. Frente a la Caseta de Bernera –un refugio libre–, una oveja desorientada bala con desespero. Más abajo, una congregación de vacas montañeras hacen equilibrios entre el pisoteado sendero, el talud y las rocas. El desfiladero se abre lentamente bajo las enormes murallas del Macizo de Bernera –Los Castillones– y los verticales muros del Ruabe del Bisaurín.

Con las piernas cansadas pero los sentidos bien saciados, pasamos junto al pequeño refugio libre de Ordelca, ya muy cerca del cruce de caminos del GR-11.1. Aquí muere el bucólico sendero, que desemboca en la pista de los 4x4 de los pastores que baja hasta el Refugio de Lizara. Acabamos de darle la vuelta a la cabeza del gigante de barbas doradas.

NUESTRO SENDERO VIRA AL SUR Y SE METE EN EL ACHAR DE CATIELLAS, UNA CUÑA DE ROCA POR LA QUE ENSEGUIDA EMPEZAMOS A PERDER ALTURA.

MAPA & TRACK GPS

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GUÍA PRÁCTICA

ÉPOCA IDEAL Para encontrar la ruta libre de nieve es preferible acudir en verano u otoño.

ORIENTACIÓN Hemos utilizado el mapa Valles de Ansó y Echo, escala 1:25.000, de la Editorial Alpina (está disponible la versión 2021-22). La edición en formato digital se puede instalar en el TwoNav, de manera que puedes ver el mismo mapa en la pantalla del GPS.

DURACIÓN La ruta es más entretenida de lo que podría parecer por kilometraje y desnivel. La ascensión resulta exigente a nivel físico, y el descenso requiere tomarlo con calma. Hay que calcular unas 7 horas contando paradas.

AGUA Durante la ascensión, en octubre no encontramos ninguna surgencia, lo que nos hizo ir algo justos de agua. Pudimos reavituallarnos durante el descenso, en un pequeño arroyo en la zona alta del Valle de Bernera. Como es habitual, usamos el softflask potabilizador LifeStraw Peak Series.

DORMIR El Refugio de Lizara es el alojamiento más cercano. Durante el recorrido hay 3 refugios libres: Refugio de Fetàs (km 3, a la derecha del trazado), Caseta de Bernera (km 10) y Refugio de Ordelca (km 12, a la derecha del trazado).

CÓMO LLEGAR La excursión comienza y termina en el aparcamiento del Refugio de Lizara, a 11 km de Aragüés del Puerto.

ENCANTARÁ… A montañeros que disfrutan dándole la vuelta a las cosas.

CONTRAINDICADA PARA… Quien se contenta con alcanzar la cumbre por la vía más fácil.

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