PRIMERAS IMPRESIONES

Al margen de unos acabados impecables y una estética realmente atractiva que combina negros y grises con un cereza muy fotogénico, lo primero que capta nuestra atención al tener las Bestard Nova Lady en las manos es la forma de la puntera. Es amplia, tanto a lo ancho como a lo alto, y ligeramente redondeada.

Lo segundo es la poderosa suela Vibram® Foura. Destinada a zonas frías y agrestes, luce un taqueado sólido y prominente. Junto con la entresuela de EVA, forma un sandwich realmente rígido. Al comprobar su firmeza, sólo logramos que flexen unos pocos milímetros por la línea de los metatarsos. A nivel longitudinal, el resultado es parecido: ofrecen una mínima capacidad de torsión lateral.

El tercer rasgo más remarcable es el elevado nivel de refuerzo de la parte inferior de la bota. Una banda de caucho va desde la puntera hasta la talonera, que a su vez cuenta con su propio refuerzo, un contrafuerte un poco más alto y realmente sólido. Esta rigidez de la parte inferior contrasta con el tacto más suave de la parte superior, donde encontramos una caña más baja de lo habitual, con un collar bien acolchado y muy flexible. El material del cuerpo principal de la bota es piel Perwanger® de 2,2 mm de grosor, con un tratamiento hidrófugo.

Además de la membrana Gore-Tex® Performance Comfort, hay que destacar pequeños grandes detalles como el preciso y práctico Quick Lock System, el tirador para calzarse con más comodidad o los reflectantes laterales emplazados justo por debajo del cuello de la caña.

Tampoco nos pasó desapercibido el doble ojal en la zona de la puntera. Tuvimos que preguntar al fabricante acerca de su función y nos contaron que es para poder elegir entre lazar por el exterior –más expuesto a posibles enganchones– o por el interior –más protegido–.

En cuanto al peso, según el catálogo, en talla 38 EUR son 1.030 gramos el par. En la balanza, en talla 40, con cordones y plantilla interior, a nosotros nos indica 615 gramos por pie.

SOBRE EL TERRENO

Estrené las Bestard Nova Lady en una excursión de dificultad y duración moderada –la ascensión al Pico Nabaín desde Ascaso–, un día soleado del pasado invierno. Las primeras sensaciones fueron muy fieles a lo esperado: solidez, comodidad y fiabilidad, tanto en subida como en bajada.

Ya en esa primera ruta me quedó claro que, aunque tenga la caña un poco más baja, la Nova Lady es una señora bota. La consistencia de la parte inferior es ideal para moverse con seguridad por terrenos abruptos y rocosos. En las siguientes salidas, ya con bastones y mochila cargada para varios días de travesía –como en nuestra ascensión al Pico Barbarisa–, pude confirmarlo.

HORMA FF TECH

Una de las razones por las que elegí este modelo fue porque las Nova Lady comparten horma con las Bestard FF Trek Lady que tantas alegrías me han dado desde que las estrené en nuestra Transpirenaica a pie, ahora hace diez años. Sin embargo, desde el primer momento las he notado un poco más anchas. Quizá se deba a que la caña es más baja o, más bien, a que pedí medio número más pensando en obtener mayor espacio para los dedos, pues mis pies han crecido en la última década. En cualquier caso, me resultan cómodas. El pie queda bien protegido y acolchado.

LAZADO CON QUICK LOCK SYSTEM

En este sentido, también ayuda el Quick Lock System, que permite fijar el lazado de forma fácil y precisa. La pequeña pinza, situada justo donde empieza la caña, se activa al tirar de los cordones. Así, con un gesto rápido y natural, podemos ajustar la tensión del atado según las necesidades de cada momento. Ello permite dar menor tensión a la parte del empeine, por ejemplo, pero apretar bien la zona de la caña, lo que evitará que el pie se desplace hacia delante en las bajadas. Además, a la hora de desatarse las botas, una vez deshecho el lazo, para desbloquearlo sólo hay que tirar del cordón.

APLOMO Y SEGURIDAD

Al igual que ocurre con cualquier bota de montaña, puede que en terrenos fáciles tengamos la sensación de ir sobrecalzados –especialmente cuando te cruzas con gente subiendo tresmiles con zapatillas de correr–, pero en según qué situaciones –caos de rocas que obligan a hacer equilibrios, trepadas con pasos incómodos en días de mochilón, etc.–, se agradece el aplomo y la rigidez que proporciona una bota como la Nova Lady. Es, sin duda, el eterno debate –incluso a nivel interno–, entre las ventajas e inconvenientes de ir a la montaña con calzados más pesados que te obligan a ir más despacio, pero que te dan mayor protección y ayudan a realizar según qué movimientos en instantes clave.

En este sentido, las Nova Lady se posicionan claramente en una franja que pone ambos pies en lo que para nosotros es "alta montaña" –es decir, terreno rocoso por encima de los 2.000 metros de altitud–, pero aligerando un poco la parte superior de la bota.

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