LifeStraw ‘Personal’

TEST & REVIEW I 1 mes con...

LIFESTRAW 'PERSONAL'

DE ESTE AGUA SÍ BEBERÉ

¿CUÁNTAS VECES HAS PASADO JUNTO A UN ARROYO DE AGUA CLARA Y FRESCA, Y TE HAN DADO GANAS DE AGACHARTE, AMORRARTE Y BEBÉRTELA SIN MÁS, PERO NO LO HAS HECHO POR MIEDO A LOS MICROORGANISMOS QUE FLOTAN ALEGREMENTE EN ELLA, DISPUESTOS A AGUARTE LA FIESTA? HEMOS PROBADO EL FILTRO POTABILIZADOR LIFESTRAW BY VESTERGAAD DURANTE VARIAS SEMANAS PARA VERIFICAR SU EFICACIA. HE AQUÍ LOS PROS, LOS CÓMO Y LAS LIMITACIONES DE ESTE PRÁCTICO GADGET.

Texto y fotos: Sergio Fernández Tolosa & Amelia Herrero Becker

Siempre he sentido una envidia insana por las criaturas que pueden ir calmando la sed sobre la marcha, bebiendo en cualquier arroyo, charco, laguna… Como nuestra perra, Chincheta, que jamás carga con cantimplora, ni Camelbak, ni softflask, ni potabilizadores. Cuando encuentra agua, la olisquea, pone en marcha su instintivo sistema de análisis y, si la considera apta, la bebe y continúa con su marcha hasta el siguiente avituallamiento líquido.

BEBER 'AGUA CRUDA'

Pero nuestro organismo no está preparado para beber cualquier “agua cruda”. Es decir, aguas sin tratar ni controlar. Aguas libres de cloro, yodo o radiaciones ultravioletas que hayan neutralizado las bacterias y parásitos microscópicos que puedan contener. Por este motivo, y por algunos episodios que es mejor no olvidar, aunque tampoco hace falta recrearse en el relato –léase amebiasis, diarreas, fiebres, etc.–, desde hace unos años, el 99% de las veces potabilizamos el agua que usamos para beber y cocinar cuando estamos en la montaña.

El agua de los ibones pirenaicos y los arroyos que descienden de los neveros es siempre muy tentadora: fresquita, transparente, gorgoteante… A su alrededor, todo es puro y virginal, pero si por casualidad contiene restos de excrementos de animales –las vacas del Pirineo pacen muy alto– o un cadáver se ha descompuesto en el curso alto del idílico arroyo, ese trago de agua de montaña aparentemente inofensiva puede aguarnos el festín, literalmente.

PASTILLAS DE CLORO, YODO, FILTROS MECÁNICOS... DE TODOS LOS SISTEMAS DE POTABILIZACIÓN QUE HEMOS USADO, EL LIFESTRAW ES EL MÁS RÁPIDO Y LIGERO PARA BEBER AL INSTANTE.

A TENER EN CUENTA… ANTES DE PROBARLO

El LifeStraw está diseñado para filtrar agua dulce de ríos, arroyos, manantiales, lagos, fuentes y surgencias de montaña o espacios naturales en los que no hay polución ni aglomeraciones humanas. No sirve para beber agua de mar. Tampoco purifica agua contaminada con productos químicos, ni es capaz de eliminar los virus.

Esto se debe a que su membrana interna tiene un poro de 0,2 micras capaz de detener el 99’99% de las bacterias, incluyendo la Escherichia coli, la Salmonella y la Vibrio cholera –la que causa el cólera–, y libera el agua del 99’99% de parásitos y protozoos, como el Giardia lamblia, que daña el intestino delgado y provoca diarrea, y el Cryptosporidium parvum, que causa igualmente descomposición en los humanos. También depura el 99’99% de los microplásticos.

Del mismo modo, el LifeStraw elimina la arena, el barro y otros sedimentos o elementos en suspensión de mayor tamaño, como hojitas, insectos, pelos, etc. Sin embargo, el diámetro del poro no es lo suficientemente pequeño para detener el paso de virus, que pueden llegar a medir sólo 0,02 micras, o metales tóxicos presentes en algunas aguas contaminadas, como el mercurio, níquel, arsénico…

PRIMERAS IMPRESIONES

Al tener el LifeStraw por primera vez en las manos y sacarlo de su cartulina de presentación, lo que más impresiona es su ligereza: 57 gramos. Su forma cilíndrica tiene una longitud de 23 cm por 2,5 cm de diámetro.

De estética sobria y discreta –tenemos el de color verde–, su aspecto es simple y funcional, sin florituras ni adornos. El material del cuerpo principal es de plástico BPA free, de apariencia resistente. Los acabados son correctos. Los enganches de los tapones de la boquilla y la parte inferior parecen más delicados y no auguran la misma longevidad. Va acompañado de un pequeño manual de instrucciones y un cordel para colgártelo alrededor del cuello, que puede ser útil para beber directamente de un río y evitar que se caiga y se lo lleve la corriente.

¿CÓMO FUNCIONA EL LIFESTRAW 'PERSONAL'?

El LifeStraw 'Personal' es una especie de cañita con forma y boquilla de flauta y una toma de agua con rejilla en el extremo inferior. En su interior hay una membrana de fibra hueca que parece un manojo de spaguetti, pero que en realidad está formada por estructuras tubulares semipermeables cuyos poros sólo dejan pasar lo que tiene un tamaño menor a 0,2 micras.

Su funcionamiento es realmente sencillo. Sólo hay que quitar ambos tapones, sumergir la parte inferior en el agua y sorber por la boquilla. En los primeros tres o cuatro sorbos sólo recibimos aire, pero una vez el tubo se llena, con cada nuevo sorbo logramos un pequeño trago de agua en la boca. Al terminar de beber, sacamos el tubo del agua, soplamos por la boquilla para vaciar el interior del LifeStraw y ya lo podemos guardar en la mochila.

Sobre la fuerza de succión necesaria para que el agua atraviese el filtro, es más o menos equivalente a la que usamos para beber con cañita un batido un poco más denso de lo normal. No es tan fácil como beberse una horchata pero nada fuera de lo humanamente posible. Incluso para un niño con ganas de colaborar.

SOBRE EL TERRENO

Hasta aquí la teoría y el primer test en casa, que lo hacemos con agua del grifo, algo muy recomendable para comprobar que el invento funciona. Pero para saber si un producto es adecuado para una actividad determinada, descubrir los pros y los contras, hay que salir a probarlo. Y eso es lo que hemos hecho.

Para el día del estreno elijo una ruta a pie de unos 30 km por terreno abrupto –90% senderos y 10% lechos fluviales– en el que sé que voy a encontrar arroyos, pozas y fuentes no tratadas más o menos cada 5 km. No pasaré por ningún pueblo ni fuente de agua de red. Calculo que el itinerario me llevará unas 6 horas. Es primavera, pero hace calor y el ambiente está seco. En una salida así, normalmente suelo llevar un mínimo de 1'5 litros de agua. En esta ocasión, como avituallamiento voy a llevar sólo un bidón de 500 ml con boca ancha, el LifeStraw, una barrita Real 5 de Power Bar, un PowerGel –de emergencia– y cuatro mandarinas.

Durante la excursión, en la que alterno el caminar con el correr a ritmo fácil, suelo beber cada 45 minutos. Cuando llego a un río, lleno el bidón, saco el LifeStraw, bebo con tranquilidad, relleno el bidón –por si el siguiente punto previsto está seco o para dar de beber a Chincheta durante el siguiente tramo–, guardo todo en la riñonera –la Montane Featherlite 6– y continúo con la marcha.

AGUA POTABLE INSTANTÁNEA

El sistema me parece estupendo. A diferencia de las pastillas de cloro o el yodo –que requieren esperar 30 minutos para beber–, el LifeStraw es instantáneo y no añade sabores al agua.

La otra gran ventaja es que si sabes con certeza que hay arroyos limpios, no tienes que cargar con agua. Sólo el LifeStraw y un bidón o recipiente para facilitar la ingesta. Sorber con la cañita directamente del río, sinceramente, puede ser muy efectista, pero no resulta cómodo, pues prácticamente obliga a tumbarse.

HIDRATARSE A LA CARRERA

Una vez en casa, hago memoria para analizar el número de avituallamientos: he ingerido aproximadamente la misma cantidad de líquido –entre 3 y 4 bidones de 500 ml–, pero tengo la sensación de que he bebido menos veces, muy probablemente porque en plena marcha da un poco de pereza realizar toda la maniobra: abrir la riñonera, sacar el LifeStraw, destapar el bidón, chupar varias veces hasta que sube el agua, beber, soplar para vaciar y guardar todo otra vez. Seguramente, si hubiese llevado un Camelbak de 2 litros cargado desde casa habría ido dando sorbos más breves con mayor frecuencia. Por otra parte, con este sistema no he podido añadir pastillas de sales minerales al agua, algo muy recomendable de cara al verano, cuando la transpiración es mayor.

Días después, repito la experiencia pero cambio la configuración: en vez de riñonera, opto por el chaleco de trail running. En un tirante fijo con dos gomas el LifeStraw. En el otro, el bidón. Aunque al tenerlo más a mano da menor pereza y bebo con un poco más de frecuencia, el resultado, en la práctica, es similar.

PARA BEBER SIN PRISAS

En mi opinión, si vamos de excursión, nunca será un problema detenerse para beber con este invento. En trail running o fast hiking, el ritmo es otro y se suele beber sobre la marcha. Beber con el LifeStraw requiere más tiempo y esfuerzo, así que confirmo lo que percibí el primer día: el LifeStraw es adecuado para trekking, excursionismo y travesías. Si queremos potabilizar agua a la carrera, quizá sea mejor un LifeStraw Flex, que va dentro de un softflask de 700 ml, es algo más pequeño y tiene una vida útil de 2.000 litros.

Donde sí sacamos partido al LifeStraw es en paseos largos por el río, algo que hacemos muy habitualmente, especialmente en verano. Cuando tienes perro, a la hora de diseñar itinerarios hay que tener muy en cuenta que haya puntos de agua para que pueda beber y refrescarse. Con el LifeStraw en la riñonera, no hace falta salir de casa con agua para nosotros.

Para travesías más largas o excursiones con vivac, aunque todavía no hemos tenido ocasión de probarlo, ya podemos avanzar que el LifeStraw no será suficiente, pues el agua filtrada va directamente a la boca. Si necesitamos agua para cocinar, habrá que complementarlo con otros sistemas de potabilización, como las tradicionales pastillas de cloro, yodo, etc.

EN TRAIL RUNNING EL RITMO ES OTRO Y SE BEBE SOBRE LA MARCHA. EL LIFESTRAW REQUIERE MAYOR TIEMPO Y ESFUERZO, LO QUE LO HACE MÁS INDICADO PARA CUANDO VAMOS DE EXCURSIÓN SIN PRISAS O PARA EMERGENCIAS.

APUNTES & CONSIDERACIONES

Después de utilizar el LifeStraw durante varias semanas, he aquí nuestros apuntes y conclusiones:

√ El LifeStraw es un gadget muy práctico para excursiones o actividades en el medio natural en las que encontraremos arroyos, ríos, lagos y fuentes de agua limpia no tratada. Con un LifeStraw a mano, los puntos de agua potable durante un recorrido se multiplican.

√ Su tamaño, peso y forma son ideales para meterlo en la mochila o una riñonera grande.

√ Tiene una vida útil considerable: 4.000 litros. A razón de 2 litros diarios, equivale a agua potable para 5 años y medio.

√ Beber directamente del arroyo o lago es una maniobra ciertamente fotogénica –sobre todo si tienes una cámara acuática–, pero no siempre resulta cómodo acuclillarse o tumbarse en la orilla (imagina que está encharcada o embarrada). Lo ideal es llevar una taza, botella o bidón con la boca lo suficientemente ancha como para introducir el LifeStraw, que tiene 2,5 cm de diámetro. Así también podremos beber cuando estemos lejos de la fuente de agua.

√ Es muy importante tener en cuenta que el LifeStraw sólo puede considerarse como sistema de potabilización único si el agua está libre de virus o metales contaminantes. Para viajes donde el agua no ofrezca garantías sanitarias, será necesario un filtro de poro más pequeño, rayos ultravioletas, yodo o cloro.

EN RESUMEN...

El LifeStraw es perfecto para quien busca un filtro para beber minimalista, muy ligero, instantáneo y económico que limpia el agua de impurezas, parásitos y bacterias, para utilizarlo en excursiones o travesías por la montaña en las que sabe que encontrará fuentes de agua limpia no tratada, ríos, surgencias y arroyos alejados de granjas, industrias y poblaciones.

OTRAS POSIBILIDADES

El LifeStraw 'Personal' es el modelo más compacto, ligero y económico, pero en el catálogo de la misma marca hay otras versiones que se adaptan a otros usos.

Por ejemplo, el LifeStraw Universal es compatible con botellas Hydroflask, Klean Kanteen, Camelbak, Nalgene, etc. que tengan una profundidad de 19 cm, pues el filtro va dentro. El kit pesa un poco más que el LifeStraw 'Personal' –102 gramos en total– y es un poco más caro, pero su vida útil también alcanza los 4.000 litros y creemos que puede ser más práctico para el usuario que va a la montaña con frecuencia o quiere beber agua filtrada en su día a día.

Por otra parte, para cocinar durante una travesía o acampada, el LifeStraw Flex w/Gravity Bag aprovecha la fuerza de la gravedad para filtrar el agua de una bolsa de 3,7 litros en menos de 10 minutos. El kit completo pesa 196 gramos.

FICHA
Marca: LifeStraw by Vestergaad.
Modelo: LifeStraw 'Personal'.
Color: verde oscuro (también lo hay en azul claro).
Peso: 57 gramos.
Lugar de fabricación: Corea del Sur.
PVP recomendado: 26,95 euros.
Web: eu.lifestraw.com
Distribuidor: Esportiva Aksa

 

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2 Responses

  1. Pekas
    | Responder

    Gracias por éste artículo que me ha parecido muy interesante. Me ha abierto todo un nuevo mundo de posibilidades.. (y)

    • conunparderuedas
      | Responder

      lo celebramos, Pekas, ya nos contarás qué tal
      la verdad es que el LifeStraw al final es como el paraguas, que lo echas de menos sobre todo cuando no lo llevas, es decir, cuando se te acaba el agua y empiezas a encontrar una fuente natural tras otra, de agua fresquita pero con poso, sedimento o materiales vegetales en suspensión que invitan a pasar de largo y llevarte la sed puesta 😉
      nos vemos en los caminos, pero hidratados!!!

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