Gran Vertical 2023 Setup

BIKEPACKING I MATERIAL

Gran Vertical Setup

MENOS –O MÁS– DE LO MISMO

CUANDO ULTIMAS LOS PREPARATIVOS PARA UNA TRAVESÍA DE BIKEPACKING NON-STOP EN RÉGIMEN DE AUTOSUFICIENCIA POR PRIMERA VEZ ES FÁCIL QUE SURJAN DUDAS ACERCA DEL EQUIPO, LA BICICLETA, LAS BOLSAS, EL AVITUALLAMIENTO, LA NOCHE... A TRES MESES VISTA DE LA GRAN VERTICAL DE 2024, ES HORA DE RECAPITULAR ALGUNOS DETALLES LOGÍSTICOS DE LA EDICIÓN ANTERIOR.

Texto & Fotos: Sergio Fernández Tolosa

Por distancia, desniveles, número de participantes –sólo 70–, filosofía no competitiva, tiempos de paso razonables y servicios como el control vía satélite de los ciclistas, la Gran Vertical es un evento ideal para dar los primeros pasos en el mundo de las travesías de bikepacking non-stop en régimen de autosuficiencia.

En este post intentaré explicar cómo preparé mi Gran Vertical 2023, mi bicicleta, mi equipaje de vivac, mis piernas y mi alimentación para disfrutar, de principio a fin, de su recorrido de 360 km y 6.500 m+ en el plazo límite de 60 horas fijado por la organización. Espero que sea útil a todos y todas los que sienten curiosidad por este tipo de pruebas pero necesitan un leve empujoncito para solventar pequeñas grandes dudas y, sobre todo, perder miedos.

LA BICICLETA: ¿MTB O GRAVEL?

Empecemos por la bicicleta y el eterno dilema: ¿gravel o mountain bike?

De las 69 bicicletas que se dieron cita en Amposta, muy posiblemente mi querida Surly Ogre era una de las más veteranas. ¡Esta primavera le han caído sus primeros 10 años!

Aunque el premio de rarezas se lo llevó de calle la 36er de Xavier Montserrat, tengo la sospecha de que mi Ogre fue de las pocas bicis –o la única– con triple plato. La verdad es que me gusta esta configuración. Es muy polivalente, estoy muy acostumbrado a ella y funciona de maravilla. Si algún día tengo que cambiar bielas, creo que volvería a apostar por el 3x10, si es que queda algo en stock.

En cualquier caso, creo que lo más importante es disponer de unos desarrollos cómodos. Cada uno sabrá de lo que son capaces sus piernas, pero en una prueba de larga distancia conviene ser conservador. Y hay que tener en cuenta que, por muy minimalistas que seamos, llevaremos más peso que en una salida de día. Yo prefiero tener platos pequeños y piñones grandes, por lo que pueda surgir. De manera que si la pendiente se dispara y se alarga, no tenga que bajarme de la bici a la primera de cambio.

PARA MÍ, UNO DE LOS ATRACTIVOS DE ESTAS TRAVESÍAS ES PODER ESTAR AL AIRE LIBRE EL MÁXIMO TIEMPO POSIBLE. EL OTRO ES LA LIBERTAD INTRÍNSECA AL MOVIMIENTO Y LA IMPROVISACIÓN CONSTANTES.

MÁS ALLÁ DE LOS 42 MM

A la hora de decidir entre gravel y mountain bike, tuve muy en cuenta la opinión de Eliseu T. Climent, diseñador del recorrido y co-responable de la Gran Vertical. Pese a sus consejos, me sentí tentado de llevar la Surly Straggler porque en ella tengo instalado el foco y la dinamo, algo que siempre es útil para alargar las etapas por la noche.

Sin embargo, una vez completada la Gran Vertical'23, estaba muy feliz de haber optado por la mountain bike. Seguramente, con la Straggler, que admite cubiertas de hasta 42 mm, habría ido más ligero en algunas subidas, en los llanos rodadores y en los tramos asfaltados, pero el trazado de la Gran Vertical'23 tenía algunos sectores off-road en los que se agradecía un poco de balón extra.

En este sentido, las cubiertas Vittoria Mezcal 2.1 –que tubelizamos en Espai Bici el día antes del evento– me fueron de maravilla. Es un neumático muy rodador, bastante duradero y se comporta muy bien en terrenos secos. Yo lo he usado los últimos dos años y estoy muy contento. La única pega que le encuentro es que, si no lo montas en modo tubeless –o con cámaras con líquido–, es fácil pinchar, sobre todo en zonas de zarzas.

EN BUSCA DE CONFORT

Otro detalle importante en mi bici era el manillar Jones H-Bar. Su anchura hace que tengas más estabilidad y más control de la bici en terreno roto, especialmente si vas con horquilla rígida. La posición de las manos en ángulo de 45º confiere a las muñecas una posición más ergonómica y natural, algo que se agradece cuando pasas muchas horas pedaleando. Además, es perfecto para colocar la bolsa de manillar.

De todos modos, aunque el Jones H-Bar me ha ido muy bien en toda clase de terrenos, es posible que este invierno instale en mi Ogre un manillar drop-bar. Concretamente, el Surly Corner Bar. El objetivo es lograr una posición un poco más rodadora y, de algún modo, convertir mi mountain bike en una especie de 'monster-gravel'. La ventaja de este modelo de manillar es que permite aprovechar las mismas manetas y transmisión, lo que reduce drásticamente la inversión del experimento.

TÁCTICA Y ESTRATEGIA

Mi planteamiento en la Gran Vertical'23 era el mismo que en otras travesías de autosuficiencia en las que he participado: pedalear durante el día y parar por la noche. Como mucho, pedalear un ratito después de la puesta de sol para bajar la cena, completar los kilómetros de la jornada o encontrar un lugar adecuado para dormir.

Para mí, uno de los atractivos de estas travesías es poder estar al aire libre el máximo tiempo posible. El otro es la sensación de libertad intrínseca al movimiento y la improvisación constantes. Por eso me gusta vivaquear. Ver las estrellas desde el saco de dormir, oír los ladridos de los corzos de madrugada, despertar con el amanecer...

En este sentido, cada cual tendrá su propio planteamiento y estrategia. Quien prefiera dormir bajo techo, darse una ducha y cenar con mantel, tendrá que buscar y reservar alojamientos a lo largo del recorrido.

ROPA Y EQUIPO DE VIVAC

En cuanto al vestuario, para las horas de pedaleo fui lo más minimalista posible:

>> 1 culotte (sí, sólo uno); 1 maillot corto; 1 camiseta interior técnica Helly Hansen sin mangas; unos manguitos; 1 guantes cortos; 1 guantes largos ultrafinos (me habrían ido bien unos un poco más gruesos); 1 maillot manga larga de tejido más grueso; 1 gafas de sol; 1 casco; 1 Buff; 1 chaqueta impermeable ligera con capucha Helly Hansen; 1 calzado ciclismo Northwave de suela rígida; 1 par de calcetines finos.

Para dormir o por si refrescaba durante la etapa (conviene elegir prendas versátiles que se complementen sin solaparse):

>> 1 camiseta interior de manga larga de merino; 1 mallas térmicas largas; 1 par de calcetines más gruesos (que también usé durante la tercera etapa); 1 chaqueta de plumas con capucha.

Para el vivac, opté por el saco de dormir de pluma de 800 gramos –más vale prevenir–, el aislante hinchable minimalista de Camp Essential Light Mat –seguramente demasiado minimalista– y la funda de vivac por si llovía.

MATERIAL OBLIGATORIO

A todo ello hay que sumar el material mínimo obligatorio del reglamento de la prueba:

√ Seguridad y abrigo: casco; manta térmica 1 x 2 metros; camiseta térmica; chaqueta impermeable; silbato; depósito de agua (2 bidones o bolsa de Camelbak); ración de reserva alimentaria (barritas, geles…).

√ Documentación y orientación: DNI o pasaporte; GPS con el track de la prueba, cargador GPS o baterías de repuesto; teléfono móvil (encendido durante toda la prueba) y cargador; dispositivo de seguimiento GPS (cedido por la organización).

√ Iluminación y visibilidad: foco frontal con batería de repuesto o cargador; luz frontal de reserva; lámpara trasera roja intermitente (obligatoriamente encendida de noche); chaleco o cinta corporal reflectante (obligatoria durante la noche en carretera).

√ Recambios: 2 cámaras; parches; desmontables; multiherramienta; tronchacadenas; pasador o eslabón rápido de cadena.

√ Botiquín: 2 monodosis de suero fisiológico; 2 compresas estériles; 2 apósitos estériles para heridas y rasguños; crema solar; analgésicos; esparadrapo; venda elástica; puntos de sutura rápida.

BOLSAS DE BIKEPACKING

A la hora de repartir todo el equipo –el obligatorio y el opcional–, yo me decanté por la siguiente configuración:

· Bolsa delantera: no hay que confundirla con la bolsa de manillar, más pequeña y accesible; lo ideal es embutir lo que sólo vas a necesitar a la hora de acostarte, preferiblemente cosas voluminosas y no pesadas. Mi Ortlieb Handlebar-Pack es talla S y tiene 9 litros de capacidad. Como es estanca, metí el saco de dormir sin su funda, directamente. Así se aprovecha mejor el espacio. Quedaba hueco suficiente para la funda de vivac y el aislante hinchable minimalista, pero consideré que era mejor acabar de llenarla con la chaqueta de plumas y así evitar posibles daños en el saco por roce continuado con el aislante o la funda de vivac.

· Bolsa de cuadro: la bolsa de cuadro Ortlieb Frame-Pack Top Tube tiene forma alargada y es perfecta para ítems más compactos y pesados, pues la carga queda muy centrada. Además, en cuadros grandes puedes llevar perfectamente dos bidones. En su interior encajan las dos cámaras de recambio –al ser de 29 pulgadas ocupan bastante–, la funda de vivac y el aislante hinchable minimalista. Rellené los huecos con barritas energéticas de las que no se deshacen con el calor ni el traqueteo.

· Bolsa de sillín: la ropa de dormir y de abrigo extra la guardé en la bolsa de sillín Ortlieb Seat-Pack M, de 11 litros. Como llevo poco equipaje, sobra algo de espacio. La gran ventaja es que al cerrarla se puede enrollar en función del volumen que necesites en cada momento y la válvula permite extraer el aire compactando la bolsa en cualquier circunstancia.

· Camelbak: creo que en la Gran Vertical 2023 era de los pocos con Camelbak. Me gusta llevar ahí todo lo que considero más frágil, fácil de perder o difícil de encontrar si lo tiras dentro de una bolsa grande sin departamentos interiores. En el Camelbak lo tengo todo más organizado y a la vista cuando es necesario: guantes largos, paravientos, teléfono, cartera, cargadores y cables, baterías de la cámara de fotos, herramientas, recambios pequeños, barritas energéticas más delicadas, silbato de emergencia, mini-botiquín, navaja, cuchara… Además siempre queda algún hueco libre para imprevistos, cosas que compras para la cena, etc.

AVITUALLAMIENTO CON FUNDAMENTO

Después de valorarlo hasta el último momento, esta vez decidí dejar el hornillo en casa. Al pesarlo con el cartucho de gas y el cazo, vi que me ahorraba 440 gramos. Al ser sólo dos días y medio, preferí cargar varias barritas de proteínas con sabor cappuccino y olvidarme de las papillas de avena, el cuscús y los Nescafés.

La verdad es que no me arrepentí. También metí en el Camelbak un paquete de nueces peladas y algunas barritas Natural Protein. Ese fue mi primer desayuno en los dos vivacs, nada más abrir los ojos, sin siquiera haber salido del saco de dormir.

Además llevé dos paquetes de gominolas PowerGel Shots de sabor cola. Cada bolsita contiene 75 mg de cafeína, lo que equivale a un café largo –americano– de 210 ml.

60 HORAS DE BUFFET RODANTE

Aprovechando que el recuerdo seguía fresco en la memoria, nada más llegar a casa después de la Gran Vertical'23 transcribí en una lista absolutamente todo lo que comí a lo largo de la travesía.

√ VIERNES: durante la mañana, en el tren Barcelona - Amposta, me zampé los dos bocadillos de jamón y queso que me había preparado mi madre el día antes; la salida fue a las 12 h.; los días previos me había alimentado muy bien y no había hecho ejercicio, así que fui tirando con una barrita de cereales y frutos secos cada 2 o 3 horas de pedaleo; al llegar a El Boixar paramos a cenar un bocadillo de tortilla francesa, un refresco y un helado almendrado, luego seguimos pedaleando un rato; antes de meterme en el saco, me comí una barrita proteica sabor chocolate.

√ SÁBADO: barrita de frutos secos y puñado de nueces antes de salir del saco; en Morella, poco después, cayeron dos desayunos de tostada con tomate y café con leche seguidos (quizá faltó algo más consistente, como jamón); a mediodía vamos de súper: lata de atún dentro de una bolsa de ensalada, tarrina de hummus, pan, picoteo de queso gentileza de @pedalex81 y helado almendrado de postre; en el mismo súper compro una lata de sardinillas en aceite para otro momento (la guardo junto al pan que ha sobrado en el Camelbak); cenamos en Adzaneta una pizza de ¿pollo con pimientos? –la llaman “Rumana”– y cerveza doble malta; luego seguimos pedaleando 2 horas más; justo antes del vivac, café con leche caliente en la cafetería del hotel que hay junto a la ermita de San Cristóbal y barrita proteica de chocolate.

√ DOMINGO: barrita de frutos secos y puñado de nueces antes del amanecer; tostada con queso, magdalenas y dos cafés con leche en el primer bar abierto; helado almendrado y Coca-cola en un chiringuito de Alcossebre; plato de sepia a la plancha con ensalada y patatas fritas, pan con alliolli –mucho allioli–, dos cervezas y tortilla de patata en el picoteo previo gentileza de la casa, helado de nata de postre, café y rodando literalmente hacia Amposta; en la llegada, galletas saladas, cacahuetes y quinto de cerveza (invita la Gran Vertical); al llegar a casa, por la noche, me ceno la lata de sardinas y el pan que aguardaban en el fondo del Camelbak. Les tenía ganas.

CÓMO PREPARAR EL CUERPO (Y LA MENTE)

Una de las particularidades de la Gran Vertical es que se celebra a finales de marzo, justo al inicio de la primavera. Por lo tanto, hay que prepararse durante los meses más fríos. Si vives en una región de inviernos gélidos, una cita así se convierte en la mejor excusa para mantenerte en forma cuando normalmente apetece menos salir en bicicleta.

Como el plazo de inscripción se abre varios meses antes –y las plazas se agotan bastante rápido–, el plan de entrenamiento puede extenderse más allá de las 12 semanas sin problema. Ello da mucho margen de mejora.

En vez de trabajar la resistencia haciendo largas tiradas, mi plan consistió en intentar mejorar mi punta de forma, haciendo salidas más cortas pero más frecuentes y también más intensas. Si todo iba bien, luego, en rutas más largas podría bajar un poco el ritmo y así aguantar sin fatigarme durante más tiempo.

Para ello me marqué el objetivo de ganar fuerza con sesiones de gimnasia diarias durante las 3 primeras semanas. En ese período también haría 2 o 3 salidas en bici de 1 hora cada semana. Luego iría incrementando la duración de las salidas en bici progresivamente, en función de cómo me fuese encontrando, estableciendo también algunos descansos para recuperar.

CAMBIOS DE RITMO

Normalmente, en Sobrarbe, noviembre y diciembre son buenos meses para salir en bici. El problema llega en enero y febrero, aunque este año el invierno se alargó hasta mediados de marzo, con mínimas negativas hasta bien entrada la mañana. A mediodía, si hace sol se puede salir con buen abrigo y prestando atención al posible hielo en las zonas umbrías. Como anochece pronto, las salidas han de ser cortas, pero la orografía montañosa asegura la intensidad.

Este invierno combiné las salidas en bici con sesiones de 50 a 60 minutos en bicicleta indoor, especialmente cuando hacía demasiado frío, llovía o se me hacía tarde. Alterné las sesiones de intensidad y cambios de ritmo del canal Global Cycling Network con algunas otras más relajadas –en zona 2– para recuperar el cuerpo. Todo ello sin demasiada tecnología, la verdad. El pulsómetro me agobia sobremanera, así que me controlo a la vieja usanza: dos dedos en la carótida durante 15 segundos y multiplicar por 4 al finalizar las series. Y al final, en los 5 minutos suaves, asegurarse de que el pulso baja.

NUEVOS COMBUSTIBLES

Al mismo tiempo, introduje algunos cambios en mis menús, reduciendo la ingesta de harinas y dulces, y apostando más por los alimentos ricos en nutrientes, como frutos secos, semillas, verduras, carnes, lácteos, etc. Ello se tradujo en una pérdida de 3 kg en 3 meses. Lo más interesante es que, de forma paralela al avance en mis entrenamientos, noté que mi organismo mejoraba su respuesta metabólica. Podía hacer salidas más largas –2 o 3 horas intensas– sin necesidad de haber desayunado extra ni tomar avituallamientos constantemente. Para este tema, el libro Alimentarse con sentido común de Javier Angulo me resultó muy inspirador.

Una semana antes de la Gran Vertical hice la única salida larga: 110 km de bicicleta de carretera con 2.000 m+. Fueron 5 horas de marcha. Me sentí bien. Tuve la sensación de que si bajaba el ritmo en las subidas, podría haber estado todo el día pedaleando. Me sentí preparado.

Este año intentaré seguir el mismo plan. Nos vemos en Amposta, en la Gran Vertical 2024.

SI VIVES EN UNA REGIÓN DE INVIERNOS GÉLIDOS, UNA CITA ASÍ SE CONVIERTE EN LA MEJOR EXCUSA PARA MANTENERTE EN FORMA CUANDO NORMALMENTE APETECE MENOS SALIR EN BICICLETA.

 

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2 Responses

  1. Fontaine
    | Responder

    Hola! yo también me he apuntado y aunque aún mantengo una débil base de entrenamiento llevo un mes sin entrenar, he empezado esta semana y espero llegar a la prueba en una condición decente aunque algo justa. Únicamente tengo una duda y es si echaste en falta una suspensión delantera, las cubiertas y el equipo lo tengo bastante claro. Muchas gracias

    • conunparderuedas
      | Responder

      hola Fontaine, yo hace ya 7 años que voy con horquilla rígida, era la original en la Ogre, aunque al principio le monté una Rock Shox Reba, pero cuando se estropeó decidí probar con la rígida y así se ha quedado 🙂 es verdad que en terreno roto y trialeras se va mejor con la suspensión, quien lo niegue mentiría, pero si puedes bajar la presión de los neumáticos (con tubeless, es decir) y estás dispuesto a bajar un poco el ritmo en las bajadas y no tienes problemas en las manos, dedos, antebrazos, pues te vas acostumbrando
      recuerdo un año que hicimos la Ultrabike del Montseny con rígida y acabé con las manos un poco hechas polvo y el reloj que llevaba entonces, que era un poco pesado (de esos con GPS) me acabó lastimando un tendón de la muñeca de tantos micro-impactos
      lo que mejoró muchísimo fue el manillar Jones H-Bar, más estabilidad y control de la bici, es algo pesado pero para mí no es un problema
      te diría que si estás tentado de probar una rígida, quizá las de carbono tienen mejor absorción
      la única ventaja de la horquilla rígida, creo que es el menor mantenimiento y que, dependiendo del modelo, puedes montar apechusques varios como portabultos, anything-cage, etc.
      bueno, nos vemos en Amposta!!! que vayan muy bien los preparativos de la Gran Vertical!!!
      un saludo
      sergio

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