TREKKING I 31 km I 1.450 m+
Sierra de Gredos - Cinco Lagunas y Laguna Grande
LAGUNAS MENTALES
FIELES AL ESPÍRITU DEL 'SLOW MOUNTAIN', A FINALES DE VERANO NOS ADENTRAMOS EN LA SIERRA DE GREDOS PARA VIVIR BAJO LAS ESTRELLAS, CAMINAR ENTRE CABRAS Y LAGUNAS Y LEER, SOBRE EL GRANITO, LOS ÚLTIMOS RENGLONES DE LA HISTORIA DE UN VIEJO GLACIAR YA DESAPARECIDO.
Texto y fotos: Sergio Fernández Tolosa & Amelia Herrero Becker
Huyendo de las borrascas que bañaron el Pirineo de punta a punta durante los primeros días de septiembre, nos desplazamos hasta la Sierra de Gredos pertrechados con nuestros bártulos de senderismo contemplativo. Hace exactamente tres lustros, mi amigo David y yo anduvimos errantes a través de este mar de granito salpicado de lagunas glaciares y sobrepoblado por descaradas cabras montés –sólo en Gredos se estima que viven unas 8.000–.
Curiosos animales. No conocen el miedo y son incapaces de sentir vértigo o guardar las distancias que dictaría la prudencia. Se aproximan, te escudriñan con sus hipnóticas pupilas horizontales y tratan de engatusarte en busca de alimento –a la gente le hace gracia–. Si tales artes no dan fruto, te retan a un duelo a cabezazo limpio, que es como se solventan las disputas por estos lares. Estamos en su territorio. Es su feudo. "El día que vuelva el lobo...".
DESDE UN VIVAC SITUADO CERCA DE LA ORILLA, NOS DESPEDIMOS DEL SOL Y DE LAS CABRAS QUE NOS OBSERVAN DESDE EL ROQUEDAL. NADA SE MUEVE BAJO LAS ESTRELLAS.
RECORRIDO
31 km
Itinerario circular con inicio y final en Navalperal de Tormes, combinando la clásica ruta de Cinco Lagunas con la visita a la Laguna Grande.
DESNIVEL
1.450 m+
Ascensión moderada si se tiene en cuenta el kilometraje. El acceso a los circos glaciares es largo y tendido, tanto de entrada como de salida.
DIFICULTAD
3/5
Hasta Laguna Grande predominan las sendas y las huellas de montaña de distinto tipo. El descenso, muy poco pisado, es más laborioso y perdedor.
ATRACTIVOS
☆ ☆ ☆
Los paisajes graníticos, el agua de las lagunas, las cabras acróbatas, el silencio, las noches estrelladas, la distancia que te separa de lo cotidiano…
MONTES DE ORO
La ruta comienza en Navalperal de Tormes. Es mediodía. Hace calor y el sol del verano ha dorado el monte incluso en la cara norte de la sierra. Con las mochilas cargadas de tiempo y comida para cinco días, cruzamos el río por el Puente del Tormes. Llenamos las cantimploras en la fuente de agua helada "no controlada" y enfilamos el Camino del Puerto de Candeleda, uno de aquellos antiguos pasos en los que se exigía portazgo y por el que cada año transitaban decenas de miles de ovejas laneras. Un cartel nos advierte que estamos entrando en el Parque Regional de la Sierra de Gredos.
Muy poco más arriba, pasadas las ruinas de unos establos de piedra, abandonamos la Cañada Real Leonesa Occidental. “Adiós, merinas”.
El camino polvoriento cruza un segundo puente que salva las pozas cristalinas de la Garganta de Gredos y sigue subiendo entre robles cargados de nueces de agalla, esas misteriosas esferas que antaño se usaban para fabricar tinta y teñir sedas y pieles. Una tercera pasarela, más modesta, nos conduce hasta el punto en que los caminos se separan: "← Laguna Grande, 4'5 h; Cinco Lagunas, 4'5 h →".
LAGUNA DE MAJALAESCOBA
Pasamos la tarde recorriendo el amplio valle. Sólo nos cruzamos con una vacada de raza avileña que apura los pastos entre dos cancelas. "Cómo imponen, tan negras...".
El monte brilla cálido bajo el cielo azul. La fuente de La Raja aparece seca, pero el agua aún corre entre los enormes cantos rodados de la Garganta del Pinar. Al cabo de unas tres horas llegamos al Chozo de la Barranca, un pequeño refugio libre perfecto para protegerse del frío, la lluvia o las tormentas. "En su interior pasé una noche con David, en otra excursión. Había nieve". Los recuerdos afloran desordenados. "El granito, roca ígnea, compuesta por cuarzo, mica y feldespato". Sí, yo fui a E.G.B.
Al llegar a la Laguna de Majalaescoba decidimos dar por concluida la etapa. Desde un vivac situado cerca de la orilla, nos despedimos del sol y de las cabras que nos observan desde el roquedal. Nada se mueve bajo las estrellas. Sólo las luces intermitentes de los aviones que cruzan la bóveda celeste.
CINCO LAGUNAS
Por la mañana avanzamos de una laguna a otra sobre grandes láminas de granito. Laguna Bajera, Laguna Brincalobitos, Laguna Mediana, Laguna de la Galana… La mitad oriental del valle permanece en sombra. Las cimas se reflejan en el espejo de sus aguas. Nos entretenemos con la cámara y las acrobacias de las cabras.
A llegar a la Laguna Cimera, el silencio de su circo nos encandila. Es el lugar elegido para pasar la tarde leyendo y comentando cuentos de Julio Cortázar, escuchar el borboteo del agua bajo el canchal, el eco del aleteo de las aves reverberado en las verticales paredes y el chasquido de las piedras rodantes que se desprenden desde las alturas. Geología en tiempo real.
Tan cerca y tan lejos al mismo tiempo. Como en una isla rodeada de un mar de roca. Como la isla de La isla a mediodía. "Ahí va otro avión".
CAMINOS REALES
El tercer día asaltamos la Portilla del Rey (2.362 m) a primera hora de la mañana. Es el punto más alto del itinerario. Al coronar, la Laguna Cimera sigue en sombra, hundida al fondo del estrecho y profundo valle. Al otro lado aparece un mundo radiante, los restos de una antigua calzada mulera y una surgencia seca conocida como Fuente de los Botánicos.
El descenso flanquea por la Trocha del Rey junto a peñascales grisáceos cubiertos de líquenes, para zigzaguear más al noreste y desembocar en el arroyo que surca la amplia Hoya del Gargantón. Hay sed, así que acordamos una pausa para filtrar agua con la que acompañar al salchichón antes de retomar la marcha en dirección a Laguna Grande. El Collado del Gargantón nos separa de una de las zonas más hermosas, pero también más visitadas, de Gredos.
La Laguna Grande aparece a los pies del Pico Almanzor (2.591 m), rodeada de impresionantes cuchillares de roca. Pasamos la tarde a orillas del lago, sentados en una gran losa. En la otra orilla, el vaivén de visitantes entre la Plataforma de Gredos y el refugio guardado de Laguna Grande mantiene alerta a un gran macho cabrío que deambula por la playa, muy digno, exhibiendo una admirable cornamenta.
CAMINANTE, NO HAY CAMINO
Al día siguiente, bien temprano, recogemos el campamento e iniciamos el camino de vuelta. La idea de ascender al Pico Almanzor por esta vertiente se desinfló ayer, durante la tarde. Quizá porque vimos pasar más gente en 10 minutos que en los últimos tres días. Quizá por las historias cortazarianas de amargo final. La cuestión es que preferimos dejarlo para otro día, quizá por una ruta de acceso menos multitudinaria, aunque sin duda más complicada.
Además, el regreso a la civilización no será rápido. El mapa indica un “rastro de senda” que parte valle abajo. Y es exactamente lo que encontramos. Un rastro invisible. Un pasatiempo de aquellos en los que había que trazar líneas con el lápiz uniendo puntos numerados y poco a poco aparecía el dibujo de un pitufo, un molino de viento holandés o un árbol de Navidad. Los puntos aquí son infinitos hitos de piedras que nos guían sobre toboganes de granito, entre cascadas de estiaje que se escurren anémicas por la pendiente, enormes paredes de roca y lo que parecen ser antiguas morrenas. Progresamos sin prisa por el inmenso surco que dejó el mayor glaciar de la sierra, el de la Garganta de Gredos. La lengua de hielo llegó a tener una longitud de 10’5 km y un espesor de 355 metros. De eso hace 25.000 años.
Tras resolver un par de encerronas y descender un sinfín de rampas por el adherente y sugerente granito, vislumbramos un paisaje que parece de otro hemisferio. Es el 'serengueti' de Majazarza, una amplia planicie enclavada entre dos cataratas en la que un gran rebaño de vacas avileñas pace a sus anchas. Un poco más abajo aparece el Puente de Roncesvalles y la primera y única señal indicadora: “← Laguna Grande, 3 h (sin camino); Navalperal de Tormes, 1 h 30 →”.
UN PUENTE LEJANO
El sendero de sablón culebrea sobre el margen izquierdo del río, callejeando reseco entre piornos, escobas y rosales silvestres que ahora lucen vistosos ramilletes de ultravitaminados escaramujos. Otra vez hace calor y soñamos con el caño de la fuente del primer día. Es un final largo como las letras que salen después del The End. Me gustan las aproximaciones lentas. Es como si viajases más lejos.
A orillas del Tormes, antes de cruzar el puente que nos separa de la civilización, nos sentamos a despachar el último salchichón. “¿Cuántos kilómetros habremos hecho?”. Ni idea.
Atrás quedan 4 días y 3 noches en la montaña, sin cobertura ni GPS, 7 personas saludadas, infinitas cabras. Esa es nuestra estadística. Espero no tardar otros 15 años en volver.
MAPA & TRACK GPS
GUÍA PRÁCTICA
→ DURACIÓN Por kilometraje y desnivel, es ideal para 2 días, aunque nosotros estuvimos exactamente el doble.
→ ÉPOCA IDEAL Final de primavera y últimos coletazos de verano.
→ CARTOGRAFÍA Nosotros utilizamos el mapa Sierra de Gredos de la Editorial Alpina, de escala 1:25.000 –lo compramos en la gasolinera de Navarredonda de Gredos–, en su edición 2022/2023.
→ SEÑALIZACIÓN Existe señalización sobre el terreno, pero no es tan abundante ni frecuente como en otras zonas de montaña. Durante todo el descenso desde Laguna Grande hay que seguir los hitos de piedras.
→ TERRENO Es una ruta de alta montaña, con una larga aproximación por sendero de firme variado y largos sectores en los que se camina sobre lecho de granito. En el descenso de Laguna Grande no existe camino ni senda como tal.
→ CALZADO Nosotros utilizamos las botas de hiking avanzado Bestard Crosswave y Bestard Android. Ambos modelos resultaron muy adecuados para este tipo de firme y actividad.
→ ABRIGO Cualquier actividad de alta montaña requiere llevar en la mochila las prendas de abrigo necesarias para eventuales emergencias: chaqueta de montaña, pantalón de lluvia, guantes y capa térmica intermedia.
→ AGUA En septiembre la mayoría de fuentes estaban secas. Conviene llevar filtro y ser previsores para reavituallarse en arroyos y lagunas. En primavera, seguramente hay más arroyos y surgencias.
→ COMIDA La ruta no pasa por ningún tipo de servicio, aunque se acerca bastante al refugio guardado de Laguna Grande. Hay que llevar todo lo necesario para ser autosuficientes.
→ DORMIR A lo largo del itinerario existen diversos refugios libres y uno guardado, pero nosotros preferimos pernoctar al aire libre aprovechando los vivacs que hay junto a las lagunas. Por supuesto, siguiendo todos los principios de Leave no trace.
→ CÓMO LLEGAR La excursión comienza y termina en el aparcamiento que hay junto al puente del río Tormes, en Navalperal de Tormes, Ávila, España.
→ ENCANTARÁ… A excursionistas de espíritu montañero, amantes del granito en todas sus formas y andarines que no titubean ante largas aproximaciones.
→ CONTRAINDICADA PARA… Quien urge de caminos bien pisados y señales indicadoras cada 50 metros.
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