Portal de la Cunarda desde Bárcabo

MOUNTAIN BIKE & TREKKING I 20 km I 750 m+

Portal de la Cunarda desde Bárcabo

LA VENTANA DEL TIEMPO

HAY VECES EN QUE UNA EXCURSIÓN DE APENAS 20 KM TE TRANSPORTA A OTRO MUNDO. UN MUNDO DE ROCA EN EL QUE EL AGUA, EL VIENTO Y EL TIEMPO TRABAJAN EN SILENCIO DESDE HACE MILLONES DE AÑOS. UN MUNDO CAMBIANTE Y EFÍMERO, A LA VEZ QUE ETERNO, QUE TE HACE SENTIR TODA CLASE DE VÉRTIGOS.

Texto y fotos: Sergio Fernández Tolosa & Amelia Herrero Becker

El último día del otoño más frío que recordamos decidimos armarnos de valor y salir en bicicleta para ir a algún lugar especial antes de la llegada oficial del invierno. El plan es muy simple: aprovechar el sol de mediodía para visitar el Portal de la Cunarda, un espectacular arco de roca natural que se encuentra en el extremo sudoriental del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, justo en el límite entre el Sobrarbe y el Somontano.

Después de estudiar el mapa y observar que la mayoría de los tracks de Wikiloc empiezan en Colungo y son a pie, se nos ocurre la inmejorable idea de arrancar en Bárcabo y hacer la aproximación en bicicleta.

AL TREPAR POR LA INCLINADA PARED, LA PERSPECTIVA CAMBIA COMPLETAMENTE. AHORA LOS PEQUEÑOS SOMOS NOSOTROS, Y LOS BUITRES, LOS VERDADEROS AMOS DEL UNIVERSO.

RECORRIDO

20 km

El itinerario combina un sector de 8 km en bicicleta y otro de 2 km a pie para ir desde Bárcabo hasta el Portal de la Cunarda. El regreso incluye un tramo de senda, pero también se puede volver por el mismo camino.

DESNIVEL

750 m+

Se acumula principalmente en tres subidas, dos de ellas en bici (una al principio por pista buena, y la otra por senda y camino) y la tercera en el sector a pie, volviendo del Portal de la Cunarda.

DIFICULTAD

3/5

El sector ciclista enlaza caminos, pistas y sendas, con algunas rampas fuertes pero sin grandes complicaciones. El tramo a pie sí tiene un par de puntos que reclaman especial atención.

ATRACTIVOS

☆ ☆ ☆

El impresionante arco de roca natural de la Cunarda, los buitres que despegan y aterrizan en las verticales paredes del cañón del Fornocal, las espléndidas vistas del Pirineo durante buena parte del itinerario…

ENTRANDO EN CALOR

Con el picnic y un termo con té en el macuto, emprendemos la ascensión hacia la Sierra de Arbe por la pista del deshabitado de Suelves. El firme es bueno –mucho mejor de lo que recordábamos–, pero la dura pendiente nos obliga a engranar el plato pequeño y quitarnos ropa cada dos o tres curvas, aunque algunas de ellas, las más sombrías, brillan tapizadas de blanco. Cuando alcanzamos los altos de Campo Royo, a sólo 3 km del punto de inicio, ya hemos subido 300 metros.

La primera bajada nos lleva hacia el Cordel de Colungo por la misma pista del despoblado de Suelves, pero enseguida nos desviamos por un camino menos pisado que se dirige a Colungo. El pinar, que parece decorado para Navidad con cientos de nidos de procesionaria, ha quedado atrás. Ahora avanzamos por una especie de altiplano de tierra rojiza cubierta de boj, enebro, rosal silvestre y espinoso harto.

NIEVES Y NIEBLAS

El sol brilla con todas sus fuerzas sobre las nieves del Pirineo, que luce sus mejores galas a nuestras espaldas. Al este, el pétreo Turbón sobresale recortado contra el cielo como un mantecado cubierto de azúcar glasé. Al sur, frente a nuestros manillares, un denso mar de nubes, blanco e infinito, cubre la llanura oscense.

Sin prisa pero sin apenas pausas, llegamos al desvío del camino que desciende hacia el Portal de la Cunarda. Los primeros compases del sendero son fáciles, así que continuamos unos cientos de metros más sobre la bici. Cuando la pendiente se inclina más de la cuenta –y pensando en la vuelta–, improvisamos un punto de aparcamiento.

ARCO DE LLEGADA

Ya a pie, tras unos minutos bajando por el bosque, aparece el ramal que sube desde Colungo por el barranco de Arruellos. Nosotros seguimos recto y poco más allá accedemos al barranco del Chuncal. Al fondo ya se adivina el profundo tajo del Fornocal.

Minutos después, aparece ante nuestros ojos la inmensa pared de roca caliza que alberga el Portal de la Cunarda. De lejos, en el total del gigantesco cañón, el agujero excavado por la acción del agua y el viento parece un discreto ojo de buey.

Al acercarnos y trepar los últimos metros por la inclinada pared, la perspectiva cambia completamente. Ahora estamos dentro de un ventanal descomunal. Una auténtica maravilla de la naturaleza que nos hace sentir toda clase de vértigos. Ahora los pequeños somos nosotros y los buitres, los verdaderos amos del universo.

Durante el picnic disfrutamos de su majestuoso y silencioso vuelo. La calma es total. Sólo la niebla que amenaza con subir por el barranco y un par de piedras que caen desde lo alto rompen la quietud y nos invitan a iniciar el regreso.

VUELTA A LA CASILLA DE SALIDA

Las bicis aguardan donde las habíamos dejado, tranquilas, pero con ganas de marcha. Por eso, cuando en el camino de vuelta vemos una señal a Bárcabo, nos animamos y nos metemos por la senda. "Por aquí sube la ruta 92 de Zona Zero. Bajar no será problema…".

Efectivamente, el sendero es una delicia, y tras cruzar el barranco del Fornocal apenas hay que empujar unos pocos metros y enseguida volvemos a montar en las bicis. "Todo lo que baja… ¡sube!".

La trepada final nos aúpa hasta lo alto del panorámico Campo Royo, donde rodamos por un camino más ancho y pedregoso que acaba saliendo a la pista de Suelves. Ya sólo resta dejarse llevar por la pendiente, monte abajo.

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