Ordesa – Cola de Caballo

TREKKING I 20 km I 550 m+

Ordesa - Cola de Caballo

DE FLOR EN FLOR

LA RUTA MÁS POPULAR DEL PARQUE NACIONAL DE ORDESA Y MONTE PERDIDO ES UNA SINFONÍA DE CASCADAS Y PAISAJES QUE SEDUCE TANTO A PROFANOS COMO A SENDERISTAS AVEZADOS. LA EXPLOSIÓN DE COLORES DE LA PRIMAVERA Y EL OTOÑO AÑADEN BELLEZA A LA YA DE POR SÍ ENCANTADORA EXCURSIÓN.

Texto: Amelia Herrero Becker / Fotos: Sergio Fernández Tolosa

Tras una primavera ciertamente atípica por las estrictas medidas de confinamiento provocadas por el coronavirus, nuestras ganas de espacios abiertos y naturaleza pura eran aún más grandes que de costumbre. Aprovechando una jornada de sol espléndido en esta primavera tan lluviosa, días antes de que se abrieran completamente las puertas para todos los visitantes en el estado de alarma, decidimos ir de excursión a Ordesa, en busca de cascadas, orquídeas y flores.

Para no olvidarnos nada con las prisas matutinas, dejamos preparadas las mochilas y el picnic la tarde anterior. Nueces, fruta, tortilla de patatas… la cosa promete. Y como buenos aprendices de jóvenes castores, en esta ocasión, además del mapa y la navaja, cogemos los prismáticos y la guía de flores silvestres.

LAS CUMBRES DE ORDESA NOS HAN SEDUCIDO EN DISTINTAS OCASIONES, PERO ES LA PRIMERA VEZ QUE NOS DECANTAMOS POR LA CLÁSICA RUTA A COLA DE CABALLO.

RECORRIDO

20 km

Itinerario lineal con inicio y final en el aparcamiento de la Pradera de Ordesa para disfrutar del Circo de Soaso y la cascada de Cola de Caballo, combinando el GR-11 con el camino de la orilla izquierda del río Arazas.

DESNIVEL

550 m+

La ruta gana altura progresivamente a medida que avanzamos por el valle de Ordesa hasta llegar a las praderas del Circo de Soaso, donde llanea hasta la cascada. De vuelta, tras el tramo llano, todo es bajada.

DIFICULTAD

2/5

Es la excursión más popular y asequible del parque nacional, pero eso no quita que sean 20 km de caminata. El firme no presenta dificultad alguna. Toda la ruta se hace por caminos buenos.

ATRACTIVOS

☆ ☆ ☆

Asomarse a los miradores de las cascadas y los saltos de agua del río Arazas, la explosión primaveral de las flores silvestres y sus colores, los mágicos bosques de hayas, las praderas y paredes del Circo de Soaso…

EMBOSCADOS

La ruta comienza en el aparcamiento de la Pradera de Ordesa, a 1.300 metros de altitud. El itinerario clásico a Cola de Caballo sube y baja por el valle de Ordesa siguiendo el trazado del GR-11. Para no repetir el camino de ida y de vuelta, nuestra versión se desvía nada más empezar, cruzando el río Arazas por el Puente de los Cazadores y haciendo los primeros metros de la excursión por el sendero adaptado para personas con movilidad reducida.

Muy pronto empezamos a ver tímidas orquídeas y saludamos a la Piedra de las Siete Faus. Cuando la pasarela de tierra compactada termina, seguimos avanzando por un camino que remonta el río por su margen izquierdo.

Al llegar al Puente de Arripas, cruzamos de nuevo el Arazas y encontramos el desvío por senda al mirador de la cascada de la Cueva, la primera del día, y, un poco más allá, el balcón al espectacular Estrecho. Muy cerca de aquí, por una huella de senda que sube en zigzag a través del tupido bosque, enlazamos con el GR-11. A partir de este punto, nuestra excursión sigue el trazado clásico a Cola de Caballo.

UN PRECIOSO HAYEDO NOS ACOGE Y NOS SENTIMOS COMO EN EL INTERIOR DE UNO DE LOS CUADROS DE BOSQUES DE KLIMT.

IN BLOOM

El firme ha cambiado. Ahora es una pista de gravilla ancha y bien pisada por la que nos internamos en el llamado Bosque de las Hayas. Poco a poco ganamos altura por este espléndido ecosistema de apariencia entre mágica y Zen en el que no sabemos si se nos aparecerán unos duendes o un maestro meditando.

Embelesados, avanzamos entre altísimos ejemplares de Fagus sylvatica, rocas calizas tapizadas de Orejas de Oso (Ramonda myconi) y extrañas orquídeas Nido de Pájaro (Neottia nidus-avis). En la Cueva Frachinal, vemos voraces Atrapamoscas (Pinguicula longifolia).

El camino sigue ahora remontando el valle por un tramo muy agradable y, con el río a nuestro nivel, aprovechamos para que Chincheta beba y se refresque un poco.

Rodeados de flores de todos los colores, llegamos a las Gradas de Soaso. El lugar merece una parada para hacer fotos y, de paso, nos entretenemos identificando los diferentes ejemplares que han captado nuestra atención: Aguileñas del Pirineo (Aquilegia pyrenaica), Calderones (Trollius europaeus), Flor de Lis (Paradisea liliastrum), Satiriones manchados (Dactylorhiza maculata), etc. La guía que hemos sacado de la biblioteca de Boltaña para la ocasión nos ayuda.

SORPRESA DE ÚLTIMA HORA

Al alcanzar las praderas del Circo de Soaso, oímos silbar a las marmotas, y vacas y terneros pacen tranquilamente al otro lado del río, que aquí es casi un arroyo. La estampa es idílica. Parece sacada de Heidi.

Durante toda la ruta apenas hemos visto gente –como mucho, algún excursionista en los miradores–, pero al llegar a Cola de Caballo, nos quedamos sorprendidos. La verdad es que somos unos cuantos, y eso que es lunes.

Buscamos un rincón desde el que poder disfrutar de la cascada y su frescor, y damos buena cuenta del picnic. A Chincheta parece que también le encanta la tortilla de patatas. Durante la sobremesa, a través de los prismáticos avistamos montañeros que bajan por las Clavijas de Soaso y empezamos a planear nuevas rutas por la Faja Pelay para futuras visitas al parque.

El regreso, bajo un ardiente sol, lo haremos en su totalidad por el GR-11 hasta la Pradera de Ordesa.

Muy cerca del aparcamiento, cuando ya pensábamos que nos volvíamos a casa sin haber visto ningún animal salvaje, la excursión nos depara la última sorpresa. Entre la espesura del bosque sale una cierva que nos mira, cruza el camino, nos despide y se vuelve a esconder.

AL LLEGAR A COLA DE CABALLO, COMPROBAMOS QUE NO HEMOS SIDO LOS ÚNICOS QUE HAN TENIDO LA BRILLANTE IDEA DE VENIR HOY AQUÍ.

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