MOUNTAIN BIKE

IMBA Europe Summit 2025 - MTB Kingdoms - Zona Zero Pirineos

SENDEROS DE FUTURO

ACUDIMOS A LA CUMBRE ANUAL DE LA IMBA EUROPE, ESTE AÑO CELEBRADA EN BOLTAÑA. TRES DÍAS DEDICADOS AL MOUNTAIN BIKE Y EL TRAIL BUILDING PARA ESCUCHAR Y CONVERSAR CON BIKERS DE TODO EL MUNDO QUE, ADEMÁS DE MONTAR EN BICI, CONSTRUYEN, RECUPERAN Y MANTIENEN SENDEROS.

Texto: Sergio Fernández Tolosa / Fotos: Edu Moreno @TheBlackmountainphoto

Mesas redondas, debates, conferencias, clases teóricas y prácticas, rutas guiadas... Del 17 al 19 de septiembre, dentro de la IMBA Europe Summit 2025 –organizada este año en Boltaña por MTB Kingdoms y Zona Zero Pirineos–, hemos corroborado aquello de “hay otros mundos, pero están en éste” –gracias, Paul Eluard, por esta célebre frase–.

MIRADAS DIVERSAS

Durante tres jornadas, hemos vivido inmersos en apasionadas conversaciones sobre “trails, trails and trails” –el inglés copó el 99% de los diálogos–. Hemos conocido mountain bikers que construyen, recuperan y mantienen caminos. Que estudian con rigor científico aspectos clave como la erosión. Que extrapolan el coste de la conservación de un sendero al impacto económico y social que supone para la comunidad. Que analizan las variables que moldean la relación emocional e identitaria que nos une al territorio a través de algo tan primitivo como un simple sendero.

El programa era denso e intenso. Tanto, que buena parte de las actividades y ponencias sucedían de forma simultánea, de modo que hubo que elegir. Y la elección no fue fácil.

EL COSTE REAL DE UN SENDERO... EN SUECIA

La conferencia de Fredric Piper, director de proyecto en Cykelfrämjandet, arrancó con una confesión: “Me encanta construir senderos, ¡tanto o más que recorrerlos!”. Luego puso una foto de un sendero y dijo: “Aquí muchos de vosotros veis un sendero. Pero también hay que ver una instalación deportiva. Es un espacio en el que haces salud”.

A continuación mostró los resultados del estudio sobre el coste de construir y mantener un sendero y la cantidad de emisión de CO2 que implica en relación a cualquier otra instalación deportiva, ya sea una piscina, un gimnasio, una cancha de fútbol, una estación de esquí o una pista de patinaje sobre hielo. La conclusión era previsible, pero no por ello menos importante: comparando costes por persona y horas de uso, los senderos que mayor inversión requieren resultan significativamente más baratos que cualquier otra instalación deportiva.

En cuanto a CO2, algo parecido: incluso los senderos que más emisiones precisan para su creación y mantenimiento también son 20 veces menos contaminantes que las instalaciones deportivas más contaminantes. Al preguntarle acerca del impacto ambiental de los desplazamientos hasta el lugar de la actividad, Fredric apuntó que el estudio no había tenido en cuenta las emisiones de los ciclistas que van en coche hasta la entrada del sendero, pero tampoco las de los que conducen hasta el gimnasio.

LAS FUERZAS DE LA NATURALEZA

Al día siguiente asistí a la exposición y la ruta geológica dirigidas por Santiago Beguería, geógrafo físico investigador del CSIC, quien comenzó con una verdad indiscutible: "Toda actividad tiene un impacto en el suelo".

Tras una breve introducción en la que habló de "fuerzas biológicas", de "fuerzas geológicas" y la "fina piel del suelo que sostiene la vida", entró en materia para explicar la razón de ser y el método del estudio Estimación del riesgo de erosión debido a actividades deportivas en el Geoparque Sobrarbe-Pirineos mediante topografía de elevada resolución.

Las conclusiones, lejos de lo que se suele creer, señalan que "los procesos erosivos naturales (p.ej., debidos a la escorrentería) tienen una mayor magnitud que los procesos erosivos debidos al paso de las bicis en su uso regular". Ello no significa que las bicicletas no erosionen. De hecho, el informe determina que lo que más erosiona es la combinación de ambos factores. Es decir, las mountain bikes sí podrían acelerar la erosión que provoca la lluvia, especialmente en zonas de fuerte pendiente, en curvas cerradas, en lugares de mucha afluencia y, sobre todo, donde todas las bicis pasan exactamente por el mismo lugar. De ahí la importancia de acondicionar los senderos con los desagües necesarios.

MOUNTAIN BIKE ADAPTADO

Mi asistencia el tercer día no pudo tener mejor cierre que la magistral ponencia de Graeme McLean, de MTB Without Limits. De manera interactiva y participativa, primero nos ayudó a comprender qué es el ciclismo de montaña para cada uno de nosotros.

Mediante el mismo método socrático –haciéndonos preguntas– descubrimos uno a uno los requisitos para que el futuro del mountain bike sea más inclusivo, no sólo a nivel técnico, sino sobre todo a nivel de cómo ha de plantearse, integrarse y normalizarse el ciclismo de montaña adaptado, partiendo de axiomas –o también conclusiones– como "nada surge del aislamiento", "la segregación es un error" y, por supuesto, "con ellos, no para ellos".

En la sobremesa, donde a veces ocurren los mejores intercambios, una de las asistentes me habla del Project Mjolnir, un interesantísimo proyecto de "bici de montaña adaptada de código abierto creado para usuarios de sillas de ruedas". Para hacerse una idea del potencial sólo hay que echar un ojo al Instagram de su diseñador @noelrolls.

SIN PASADO NO HAY FUTURO

La última tarde, antes de la fiesta final, la pasamos en el monte. Pedaleando por senderos plagados de fósiles. Enlazando tramos del antiguo camino de Boltaña a Barbastro. Visitando el pequeño pueblo de Santa María de Buil, antigua capital del Sobrarbe. Pasando de puntillas junto al deshabitado de Puibayeta...

Rodando rodeado de juventud –con mayoría de e-bikes, eso sí–, reflexiono sobre lo expuesto por el Dr. Tom Campbell, de la Edinburgh Napier University, en su conferencia "¿Qué conecta a los ciclistas de montaña con la naturaleza?". El escocés afirmó que el arraigo identitario con el territorio se establece más a partir de las emociones vividas que por cualquier otra razón, incluso las económicas.

De regreso a Boltaña, medito sobre mi visión romántico-nostálgica de los senderos. Ese precioso patrimonio anacrónico y en peligro de extinción. Esa herencia de un pasado que algunos preferirían borrar de la memoria porque sólo les trae malos recuerdos, de escasez, aislamiento y desesperanza. Pero los chicos y chicas que me rodean lo están pasando en grande. Ell@s miran al futuro.